La escuela dominical: centro de evangelización y discipulado

La escuela dominical: centro de evangelización y discipulado

 

Cientos de miles de niños se reúnen semanalmente en las escuelas dominicales alrededor del mundo. Si todos se tomaran de la mano podrían hacer una ronda alrededor de nuestro globo. Esto parece una cantidad fabulosa; sin embargo, la mayor parte de los niños de nuestro mundo no conocen a nuestro buen Salvador.

 

Breve historia de la escuela dominical

La escuela dominical ya está en el tercer siglo desde su inicio. Un periodista inglés, Roberto Raikes, tomó la iniciativa de fundar esta “escuela”, mundialmente conocida y amada. Vivió en los tiempos de la revolución industrial, cuando abundaban la pobreza, la violencia, los vicios y los crímenes. Valiéndose del periodismo, trabajó durante muchos años para despertar “consciencia social”; pero su labor no produjo los resultados que esperaba. Su gran interrogante era: ¿cómo prevenir los crímenes?

 

Por las calles de la ciudad de Gloucester ambulaban los domingos miles de niños que jugaban, peleaban, y maldecían. Durante los días de semana trabajaban en las fábricas; pero no tenían actividad específica los domingos, y los pasaban en la calle. Por lo general, sus padres llevaban una vida mala, y para aquellos niños no había esperanza de gozar de algo mejor.

 

Roberto Raikes decidió ayudarles dándoles educación. Comenzó su primera escuela dominical en la cocina de una casucha en el “Callejón de Hollín” y puso como meta enseñar a los niños el catecismo y la lectura, usando la Biblia como libro de texto. Las clases duraban de 10 a 12 en la mañana y de 1 a 5 en la tarde, y el único requisito para asistir era presentarse bien peinado y con las manos y la cara limpias. Muchos niños vestían harapos y Raikes hacía todo lo posible por ofrecerles mejor vestimenta.

 

Trabajó durante tres años sin dar publicidad a su labor experimental. Su deseo era reformar la sociedad, educando a los niños trabajadores, a los cuales la iglesia de esa época no daba la debida importancia. Pasados los tres años, comenzó a publicar los resultados. Fue alabado y criticado, lo mismo que generalmente sucede con cualquiera que desea realizar una obra especial. Sin embargo, en medio de los contratiempos, la bendición de Dios lo acompañaba y su idea fue difundiéndose por diferentes lugares de Inglaterra.

 

Antes de su muerte, ya había cuatrocientos mil niños inscritos en las diversas escuelas dominicales del país, y se formó la Asociación de Escuelas Dominicales. El objetivo de Raikes fue llevar el evangelio a los niños que vivían sin esperanza y sin Dios, aquellos niños cuyos padres no les daban ni educación ni amor.

 

Evangelización y discipulado

Nuestra meta hoy debe ser la misma que tuvo Raikes. La metodología ha variado en gran parte, pero esta singular escuela sigue siendo un centro de evangelización y discipulado.

 

La escuela dominical es un ministerio indispensable para la iglesia; es el pequeño grupo de enseñanza más eficaz; es un magnífico instrumento para alcanzar a toda la familia con el evangelio.

 

La situación era desafiante en tiempos de Raikes pero creo que nunca antes en la historia los niños han estado en más riesgo espiritual que hoy. Abunda en la sociedad la corrupción para el consumo de las masas, y es increíble la cantidad de medios que hay para adoctrinar el corazón de los niños.

 

Según investigaciones, el cimiento moral de una persona se pone temprano en la vida, hasta los nueve años de edad. Lo que uno cree a los trece años será igual hasta la muerte, ¡a menos que cambie por una experiencia radical!

 

Una veterana en la obra infantil, Billie Davis, dice: “Lo mejor que puedes hacerte a ti mismo es aprender, y lo mejor que puedes hacer por otro es enseñarle.” Aparte del hogar, que debiera ser el principal centro de evangelización y discipulado, la escuela dominical es el lugar más apropiado para enseñar la Palabra de Dios

 

Necesitamos seguir las pisadas de Raikes, con la visión de ganar a los niños perdidos para Cristo. Vayamos en busca de aquellos “desamparados” que no conocen amor. En la escuela dominical podemos evangelizarlos y discipularlos.

 

Cuando mi cuñada Liese-Lott Anderas fue misionera en Bolivia preparó un material con ideas para organizar la escuela dominical. Aquí se lo ofrezco en nuevo formato con la esperanza de que le sea útil en la labor de enseñanza.

 

Nuestro Maestro nos mandó a ir a hacer discípulos y a enseñarles que guarden todas las cosas que Él nos ha mandado. ¡Qué mejor lugar que en la escuela dominical! Tenemos la promesa de que Él estará con nosotros todos los días. ¡Alabado sea su nombre!

 

La Gran Comisión: Mateo 28:18-20

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

 

Haga clic aquí: Cómo organizar la escuela dominical para niños

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Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.