Me gusta escoger un lema para cada año. El 2011 fue el “Año de victoria”. Doy gracias a Dios que me dio la victoria, y por su nombre sigo adelante en victoria. ¡Alabado sea el nombre de Cristo!
El primer domingo de este año votamos por un pastor en la iglesia a la que asisto. No pude asistir al culto de la mañana porque me sentía débil debido a un virus estomacal. Gracias a Dios me sentí mejor en la noche y fui al culto. Predicó el pastor Mario Gonzales, un poderoso mensaje de hacer impacto. La verdad es que él causó impacto y esa noche fue elegido como pastor.
Su mensaje me dio la palabra clave que necesitaba para mi lema: IMPACTO. Ya había decidido que quería concentrarme en “los negocios de mi Padre”, como dijo Jesús a José y María cuando lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores de la ley (Lucas 2:49).
Jesús dedicó su vida a hacer bien; “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38). Pero no hizo todo, sino la obra que el Padre le asignó. Él lo confirmó en su oración al Padre antes de ir a la Cruz: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Jesús acabó la obra que Dios le dio.
Necesitamos esa actitud para hacer IMPACTO. Yo quiero hacer IMPACTO. My profundo deseo para 2012 es glorificar a Dios en las personas que me rodean.
I nfluir en mi comunidad
M arcar una diferencia
P redicar en el poder del Espíritu
A labar a Dios en todas circunstancias
C omunicar la vida de Cristo
T ransformar mi mundo
O frecer mi vida en sacrificio santo
Para hacer IMPACTO hay que ACTUAR. La iglesia del libro de Hechos era una iglesia activa. Cada día crecía en número; pero también en fortaleza.
“Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. … Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. … Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (Hechos 5:42; 6:7; 9:31).
El poder del Espíritu Santo es la clave. También estar fundamentado en la Palabra y amar de todo corazón a Jesucristo, el Verbo Divino.
Jesús ha ganado la victoria sobre Satanás y nos ha dado autoridad para predicar su Palabra.
“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:18-20).
Tenemos el respaldo del Todopoderoso, que nos ha dado la promesa del Espíritu Santo.
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
Este año, hagamos IMPACTO como nunca antes: en el hogar y la familia, en la escuela, en el trabajo, en el vecindario, en la iglesia, con los amigos, en la comunidad.
En tiempos antiguos, cuando Dios necesitaba un hombre a quien enviar con su mensaje, Isaías respondió: “Heme aquí, envíame a mí” (Isa 6:8). Dios necesita muchas respuestas similares hoy.
¿Te unirás conmigo en hacer IMPACTO como nunca antes? Ocupémonos en 2012 de los negocios de nuestro Padre.