ABC de fragancia: el aroma de Cristo

ABC de fragancia: el aroma de Cristo

Hace tres años inicié un programa del abecé de fragancia pero por motivos fuera de mi control no pude seguir desarrollándolo. Ahora tomo un nuevo impulso, con la esperanza de poder llevarlo a una exitosa conclusión.

Dios me ha provisto la excelente ayuda de Ximena Soliz de Piérola para escribir las lecciones. Tengo imágenes para las ayudas visuales que nos ha dejado el hermano Absalóm (en el cielo no las necesita). Cristina Alvarez hará los multimedia y otras ayudas. De mi parte llevaré las riendas, bajo la dirección del Espíritu Santo.

En la página 2019 Año de Fragancia, que se encuentra aquí a la mano derecha en la parte superior, iremos poniendo todo lo relacionado con este tema. Espero que nos acompañes en este estudio de virtudes para fortalecer tu vida espiritual y enamorarte cada día más de Jesús.

Acompaña a Ximena en esta declaración:

Declaro, en el nombre de Jesús, que el Señor va a tocar miles de vidas a través de estas lecciones y que el Espíritu Santo va a redargüir a cientos de creyentes que van a ser llevados a una nueva dimensión en su relación con el Señor. Se va a formar un ejército de cristianos que decidirá plantarse en la roca madre, un ejército que será como un bosque de árboles frondosos, y esos árboles van a dar alimento y sombra a mucha gente en todo el mundo, especialmente en lugares que ni habíamos imaginado. ¡Aleluya!

Aquí sigue un breve resumen de las virtudes que se van a estudiar, juntamente con el personaje bíblico que lo representará a cada virtud.

Para imprimir:  Abecé de fragancia virtudes

CIMIENTO. Iniciamos el estudio con la enseñanza de la importancia del fundamento, que es obedecer a Jesús y sus enseñanzas. ¡Jesús mismo es el cimiento firme!

Luego siguen 21 virtudes, en orden alfabético:

AMOR. El amor es el círculo que lo encierra todo; nuestra vida comienza y termina con amor. Aunque cumplamos todas las demás virtudes, si no tenemos amor, de nada sirve. Una vida sin amor es como metal que resuena o címbalo que retiñe. Sin amor, nuestra vida no será un aroma fragante sino un hedor repugnante.

María de Betania nos ha dejado ejemplo de un amor extravagante. En Juan 12:1-8 leemos cómo expresó su amor a Jesús.

BONDAD. ¿Verdad que es refrescante el contacto con personas buenas? Seamos buenos; tratemos con bondad a nuestro prójimo. Lo más natural para el cristiano es que sea bueno.

Rut la moabita fue amorosa y considerada con su suegra. El libro de Rut es el relato de esta mujer bondadosa que escogió identificarse con el pueblo de Dios, y que llegó a ser parte de la genealogía de Jesús.

COMPASIÓN. Sentir compasión por los desventurados es tener «el corazón» de Cristo. Cuando Él vio las multitudes, «tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor» (Mateo 9:36).

Bernabé fue un hombre compasivo. Su nombre era José; pero los discípulos le pusieron Bernabé, que significa «hijo de consolación». «Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe» (Hechos 11:24).

DADIVOSIDAD. Quisiera que en mi lápida se escribiera que fui una persona generosa. Dios es el máximo ejemplo de generosidad, en que «no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros». Cada vez que «damos», sembramos, y la siembra, trae cosecha.

 «Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:7).

Dorcas es ejemplo de una mujer dadivosa. «Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía» (Hechos 9:36).

ENTUSIASMO. El entusiasmo es fervor, pasión, frenesí, admiración. Significa «tener a Dios dentro». Cuando Él rige es lógico que seamos entusiastas. Una persona entusiasta inspira a su prójimo. Mi deseo profundo es inspirar a otros a servir al Señor, buscar primeramente el reino de Dios, y vivir en santidad.

Pedro es el personaje que será ejemplo de entusiasmo. Después del día de Pentecostés fue el líder de la Iglesia. Cuando las autoridades le prohibieron que predicara el evangelio, su respuesta fue: «no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído», aunque eso significara encarcelamiento. (Hechos 4:20; 5:29)

FIDELIDAD. Una persona fiel es leal y constante; alguien en quien se puede confiar. Tal persona cumple lo que promete; es honrada y cumplida en su centro de trabajo; es alguien en quien su familia puede depender. Jesús dijo que el «que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel» (Lucas 16:10).

Noé es uno de los muchos ejemplos de fidelidad que tenemos en la Escrituras. En medio de una generación malvada y perversa fue fiel a Dios. «Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé» (Génesis 6:9).

GRATITUD.  Un corazón agradecido es un corazón alegre. Una forma de expresar nuestra gratitud a Dios es por medio de la alabanza.

Josafat es el personaje bíblico que usaremos como ejemplo de gratitud. Josafat fue un rey de paz, un hombre piadoso que «buscó a Jehová en todo». Josafat ganó una batalla con alabanza (2 Crónicas 20:1-30). La alabanza es la máxima expresión de gratitud a Dios.

HUMILDAD. Nuestro Salvador se humilló hasta lo sumo, y nuestro gran deseo debe ser glorificarlo. No podemos emitir su aroma con un corazón orgulloso; por tanto, con toda humildad aceptemos el «asiento» que Dios nos agine, sea el primero o el último (Lucas 14:7-11).

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Filipenses 2:3,4

Moisés es nuestro ejemplo de humildad. En Números 12:3 vemos que fue e hombre más humilde (manso ) de la tierra. Él escogió vivir con su pueblo antes de gozar de las riquezas de Egipto. Cuando Aarón y María se quejaron contra él, esto es lo que Dios dijo: «Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?» (Números 12:6-8).

INTEGRIDAD. Una persona íntegra es recta y honesta. Honramos el nombre de Dios y emitimos la fragancia de Cristo al obrar con integridad en todos nuestros negocios. «Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad» (Salmo 84:11).

Pablo, un hombre instruido a los pies de Gamaliel, fiero perseguidor de la Iglesia, se convierte a ser tan dedicado a Cristo como había sido a perseguirlo.

JUSTICIA. Justicia es la cualidad de justo. En el libro de Miqueas hallamos un resumen de lo que Dios pide de nosotros: «Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios» (Miqueas 6:8).

Salomón, que escribió muchos proverbios acerca de la justicia, dio ejemplo de su sabiduría al hacer justicia entre dos mujeres y un bebé que cada una reclamaba ser suyo (1 Reyes 3:16-28).

LEALTAD. Nobleza, rectitud, honradez, integridad son algunos sinónimos de lealtad. Una persona leal es alguien de confianza, alguien en quien se puede depender, alguien que no traiciona.

Daniel es el ejemplo perfecto de un hombre leal. Lejos de su tierra, en la corte de un rey extraño, como un joven adolescente, decidió no contaminarse (Daniel 1:8-16). Fue leal a Dios toda su vida; comprendemos por la lectura del libro que lleva su nombre, que también fue un siervo leal en las cortes de Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro.

MISERICORDIA. La misericordia es compasión que impulsa a ayudar o perdonar. Cada página de las Sagradas Escrituras es una expresión de la misericordia de Dios. Con la parábola del siervo inmisericorde, Jesús advirtió contra el peligro de ser objeto de la misericordia de Dios y luego cerrar el corazón al prójimo (Mateo 18:23-35).

David y Mefi-boset (2 Samuel 9) es un buen ejemplo de misericordia a los discapacitados. También nos muestra la buena voluntad que tuvo David de cumplir la promesa que había hecho a su amigos Jonatán.

NOBLEZA. Una persona noble es magnánima, generosa, espléndida, de sentimientos elevados. Tal persona trae honra al nombre de Cristo; no tiene envidia, no se jacta ni se envanece; no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor (1 Corintios 13:4,5).

Nehemías,un hombre noble, de sentimientos elevados, lloró e hizo duelo por algunos días al oír acerca de la situación en que estaba su amada ciudad de Jerusalén. Ayunó y oró al Señor por la situación. Dios le dio gracia ante el rey Artajerjes, y fue enviado a Jerusalén para reconstruir los muros. Posteriormente fue nombrado gobernador.

OBEDIENCIA. Desde el primer pecado cometido en el Edén hemos sido propensos a la desobediencia. Nadie tiene que enseñarle a un niño a desobedecer; más bien, la obediencia es un arte difícil que hay que practicar toda la vida.

Jesús es el máximo ejemplo de obediencia.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8

PERDÓN. Lo más dañino para el corazón es albergar resentimiento y rencor; es carcoma de los huesos que nos impide emitir el dulce el aroma del cielo. «Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben» (Lucas 11:4).

José, hijo de Jacob, es nuestro ejemplo bíblico del perdón. Así habló a sus hermanos, perdonando todo el mal que le hicieron:

«No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.»

Así José los consoló, y les habló al corazón (véase Génesis 50:15-21).

QUIETUD. Para manifestar dondequiera el aroma del cielo necesitamos constantemente «cargar las baterías», lo cual mejor se hace en la quietud de la comunión con Dios. Mediante la lectura de su Palabra y la oración fortalecemos nuestra vida con Dios y le damos oportunidad para que Él nos hable e instruya.

Elías, el profeta que hizo caer fuego del cielo en el encuentro con los profetas de Baal (1 Reyes 18:20-40), después llegó a desanimarse a tal punto que deseaba la muerte. Para animar a su siervo, Dios no le habló en un viento fuerte, en un terremoto o en fuego, sino se manifestó en un silbo apacible y delicado.

Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Isaías 30:15

REGOCIJO. Un corazón alegre produce una sonrisa en el rostro y las sonrisas son contagiosas. Para emitir la fragancia de Cristo necesitamos gozo en el corazón, sigamos esta receta que nos dio Pablo (1 Tesalonicenses 5:16-18):

  • Estad siempre gozosos.
  • Orad sin cesar.
  • Dad gracias en todo.

 «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4).

María Magdalena se regocijó por la resurrección del Señor. Ella fue la primera en dar la noticia de que Jesús había resucitado. Jesús trajo mucho gozo en la vida de esta mujer, que había sido atormentada por siete demonios.

SINCERIDAD. La sinceridad es lo opuesto a la hipocresía; es franqueza, cordialidad, naturalidad. Una persona sincera no finge; es transparente; no se pone máscara. Esta es la clase de gente que Dios necesita como representantes de su amor. Muchos acusan a los cristianos de ser hipócritas. Si servimos a Cristo con corazón sincero nada tenemos que ocultar ni fingir.

Ester, ganó el concurso de belleza y fue escogida por el rey Asuero para ser la reina. Ester arriesgó su vida para salvar a su pueblo de la malvada trama de Amán para destruir a los judíos. Con franqueza y naturalidad esta joven reina invita al rey y a Amán a dos banquetes. En el segundo banquete ella, con sinceridad y valentía, intercede por los judíos. Para esa hora ella había llegado al reino (Ester 4:14).

TOLERANCIA. La primera acepción de la palabra tolerancia es: «respeto a la libertad de los demás». Uno de los sinónimos es paciencia, la cual es parte del fruto del Espíritu. A la iglesia en Éfeso, Pablo suplicó:

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unid ad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4:1-3

Esta clase de tolerancia y paciencia es el aroma de Cristo que el mundo necesita percibir.

Job nos sirve de ejemplo para la virtud de tolerancia. Santiago menciona en sus epístola la paciencia de Job (Santiago 5:11b).

UNIDAD. La oración de Jesús por los suyos es que seamos «uno». Nada despide tan bello aroma de honra y gloria para nuestro Padre celestial como la unidad y la armonía entre sus hijos.

Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Salmo 133:1

David y Jonatán serán los personajes que representarán la unidad. El ejemplo que hemos visto de David y Mefi-boset tiene que ver con la promesa, o pacto, que hicieron David y Jonatán. En 1 Samuel 18 al 20 está el relato de la amistad entre el príncipe Jonatán y el joven ungido para ser el próximo rey.

Salomón, el hijo de David, sin duda había escuchado a su padre hablar de su gran amigo Jonatán, que lo amó como a sí mismo (1 Samuel 18:1). ¿Habrá sido la experiencia de su padre que lo inspiró a escribir estos proverbios?

El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano… En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 18:24; 17:17

VALENTÍA. Así como Josué tuvo que ser valiente y esforzarse para cumplir lo que Dios había mandado por medio de Moisés, necesitamos ser valientes y producir las cualidades que emanan la fragancia de Cristo. Dios es el que produce en nosotros «así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13). Con la ayuda de Dios, manifestemos ahora y siempre el dulce aroma de Jesucristo.

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4:18

Con Josué finalizamos los ejemplos de personajes bíblicos para enseñar virtudes. «Esfuérzate y sé valiente» fue lo que Dios dijo varias veces a Josué cuando le tocaba asumir la responsabilidad de llevar al pueblo de Israel a conquistar Canaán (Josué 1:1-9).

  • Esfuérzate y sé valiente (v.6).
  • Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas (v.7).
  • Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (v.9).

Mira hacia el futuro con confianza. Sé valiente. Dios estará contigo, así como estuvo con Moisés y Josué, con Nehemías, Josafat, Daniel… y toda la nube de fieles siervos de Dios.

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Hebreos 12:1-3

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Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.