¿Estás preparado?

¿Estás preparado?

No sé qué pensamientos vienen a tu mente al oír esta pregunta. Lo primero que pienso al oírlas es si estoy preparada para el acontecimiento más espectacular de las edades cuando, en un abrir y cerrar de ojos, van a desaparecer miles de millones. ¡El día cuando suene la trompeta de Dios y Cristo venga en las nubes para recoger a su iglesia!

¿Estás preparado? Jesús habló de este día en una parábola, que se encuentra en Mateo 25:1-13. Hay una «perlita» sobre el tema. No hay nada más importante que estar listo para el día cuando Jesús venga. Cada uno de nuestros alumnos necesita estar preparado.

La Perlita: ¿Estás listo para la venida de Jesús?

Hay también un video en YouTube: LAS DIEZ DAMAS DE HONOR

 

Ahora vamos a hablar de otra preparación. Si eres maestro es sumamente importante que estés preparado para dar la clase, o te va a pasar como a esta maestra:

Maestra que no se preparó para dar la clase

Tenemos en la Biblia un ejemplo de alguien que se preparó para enseñar. Me refiero a Esdras.

«Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos» (Esdras 7:10).

En una época triste de la historia del pueblo de Dios, cuando los israelitas estaban cautivos en Babilonia, hubo un fiel sacerdote y escriba llamado Esdras. Dios había puesto en el corazón de Zorobabel reconstruir el templo, dándole favor con los reyes persas. Puso, además, en el corazón de Nehemías la determinación de reconstruir los muros de Jerusalén.

Esdras, «escriba diligente en la ley de Moisés», subió a Jerusalén para la dedicación del templo y del muro, juntamente con sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo. Le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Dios estaba sobre él (Esdras 7:6).

El firme propósito del sacerdote y escriba Esdras era el mismo que tenemos los maestros de la escuela dominical: ¡enseñar la palabra de Dios! Como vemos en el versículo de arriba, Esdras había preparado su corazón para estudiar y cumplir la ley de Jehová, ¡y para enseñar en Israel los estatutos de Dios!

Aprendamos de Esdras cuatro claves importantes para nuestra preparación como maestros.

Prepara tu corazón

La relación con tu Dios. Esto es lo más importante. Como maestro, tu vida es la lección más poderosa que puedes enseñar. ¡Que no digan tus alumnos: lo que usted hace habla tan fuerte que no oigo lo que dice! Prepara tu corazón mediante una diaria e íntima relación con Dios.

Estudia la Palabra

La relación con tu Biblia. Tengo como recuerdo de mis años en Perú un pequeño libro para maestros: «Enséñame y enseñaré». Siempre me ha gustado ese título. La única forma de ser un buen maestro es estudiar la Palabra. Cuando el Espíritu Santo, autor de la Biblia, te enseñe; después, ¡enseñarás!

Practica lo que aprendes

La relación con tu mundo. El apóstol Pablo escribió a los filipenses: «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced» (4:9). Los alumnos observan tu vida; necesitan ver que pones en práctica lo que les enseñas. Practica lo que predicas; y predica lo que practicas. En otras palabras, cumple en tu vida las enseñanzas, porque tu vida es el ejemplo más poderoso. Lo que enseñas deben ser cosas que pones en práctica en tu propia vida.

Enseña la Palabra

La relación con tus alumnos. Jesús nos comisionó a que hagamos discípulos, «enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado» (Mateo 28:20).

El sacerdote Esdras tuvo el firme propósito de estudiar y poner en práctica la ley del Señor. Eso es lo que tiene que hacer el maestro: estudiar y practicar, es decir, cumplir los preceptos y las normas de Dios. Luego enseñará a los alumnos los decretos del Señor, mediante el ejemplo de una vida santa.

Este dibujo representa a mi hija Eva-Marie, que está en la presencia de Dios. A ella le encantaba enseñar. Era feliz al enseñar y le encantaba La Perlita, que ese es época se imprimía en papel en Cochabamba, Bolivia. Ahora tenemos la bendición de internet y he llegado a maestros en cada país donde se habla el bello idioma del cielo. ¿Verdad que vamos a hablar español en el cielo? Si no has leído esa «perlita» puedes buscarla aquí:

La niña que nació en Viernes Santo

Hay mucho que se puede decir sobre la preparación. Tengo toda clase de ideas prácticas para compartir; pero pienso que es mejor que hoy te deje meditando en Esdras. Al preparar tu corazón, al estudiar, práctica y enseñar, no estás solo. Jesús ha prometido: «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

Tarjetas bíblicas

Una de las novedades para ayudarte en la enseñanza son tarjetas bíblicas. Poco a poco tendremos tarjetas con una gran variedad de versículos. Imprímelas y da a los niños para que las coleccionen y memoricen la Palabra. Tú también puedes usarlas. Son pequeñas y prácticas, para llevar en la billetera o en un libro. Pon una tarjeta por semana en el espejo del baño, para que cada vez que «admires tu bello semblante» pongas en tu corazón la palabra de Dios. Encontrarás esto en la página Tarjetas bíblicas.

Mapa de las naciones

Espero que ya lo hayas visto. Cristina ha dado instrucciones de cómo hacer un mapa para el salón de clases, en que se pueda ir colocando banderas de las naciones por la que estamos orando. Búscalo en la página Oremos por las naciones.

Milagros de Jesús

Treinta milagros de Jesús habrá para escoger en esta página. Estoy trabajando con esto. Dos láminas por milagro, y en algunos tres. Hago también un breve resumen del milagro y pongo un versículo escogido. Habrá tarjetas bíblicas para todos estos milagros. La páginas es: Milagros de Jesús.

Así es, estimado maestro. Tú preparas tu corazón y te preparas para dar la clase, y yo, con Cristina y Absalóm, preparo materiales para auxiliarte en el hermoso ministerio que Dios te ha dado.

Esdras preparó su corazón; estudió la ley del Señor y la cumplió. Con todo amor enseñó en Israel los estatutos y decretos de Dios.

¡Dios te bendiga, querido maestro!

¡Sé un «Esdras» del siglo 21!

 

 

 

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.