Oraciones bíblicas

Oraciones bíblicas

Durante muchos años he practicado la costumbre de personalizar las Escrituras y usarlas como oraciones a Dios. La oración es un arma poderosa en nuestra carrera de la fe, es el «oxígeno” que mantiene con vida al creyente, es el inmenso privilegio que tenemos de comunicarnos con nuestro Creador.

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Mis padres me enseñaron a orar. Cuando realizábamos el “altar familiar” en casa no me parecía justo que sólo oráramos en el nombre de Jesús. Mi corazón de niña pensaba que Dios Padre y el Espíritu Santo seguramente se sentían envidiosos de Jesús porque siempre orábamos en su nombre. Para equilibrar la cosa, yo oraba sólo al Padre y al Espíritu Santo (¡por turno!). Con el tiempo comprendí la realidad y la importancia de orar en el nombre de Jesús.

 

En "altar familiar" en casa de los Lundquist

El "altar familiar" en casa de los Lundquist

Mi esposo y yo tuvimos el privilegio de enseñarles a orar a nuestras hijas. Y no sólo a orar por costumbre, sino por la fuerza poderosa de este medio de comunicación con Dios. Hemos visto incontables respuestas a nuestras oraciones.

 

 

 

 

Mis tres nietos mayores ejercitándose en oración
Mis tres nietos mayores ejercitándose en oración

Ahora tengo mis bellos y adorados nietos con quienes orar, y por quienes oro a diario. Y si me acompañan en esas oraciones se lo agradezco en el alma. 

En sus últimos años de vida mi esposo no pudo dedicarse a la predicación y la enseñanza; asumió el ministerio de “intercesor”. Mi Benito pasaba los días orando por la larga lista de personas que tenía anotadas en su agenda de oración (en realidad, llenó varios libros). Cuando le fueron faltando las fuerzas, acostado en cama ponía su agenda en el pecho y le decía al Señor: “No tengo fuerzas para mencionar todos los nombres; tú léelos.” Sin duda, con una mirada de rayos-x Dios veía cada nombre.

Ahora me toca a mí seguir ese ejemplo, y a cada uno de nosotros. Como ya mencioné, me gusta personalizar la Palabra. Para ayudar a padres y maestros, y a cualquiera que lea estas páginas, he preparado 52 sugerencias de temas de oración, a las que cada uno puede añadir lo que le venga al corazón. Éstos también sirven como temas de enseñanza, ¡para todo un año! Los archivos están en WORD para que sean fácil de usar.

 

Para padres de familia: Oraciones bíblicas por los hijos

Para maestros: Oraciones bíblicas por los alumnos

Para uso personal: Oraciones bíblicas personales

 

Oraciones bíblicas para uso personal

 

1. Seguridad de la salvación

Gracias, Padre, por la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. Como el apóstol Pablo puedo decir: “Yo sé a quien he creído”, plenamente convencido de que el que comenzó en mí la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. (1 Jn 5:13; 2Ti 1:12; Fil 1:6)

 

2. Poder del Espíritu Santo

Quiero ser lleno del poder del Espíritu Santo, para ser testigo del Señor en mi hogar, en mi escuela o trabajo, en mi comunidad, y hasta lo último de la tierra. Pido que hable en otras lenguas, según me dé el Espíritu, y que profetice, para edificación, exhortación, y consolación. (Hch 1:8; 2:4; 1Co 14:1-3)

 

3. Dones espirituales

Padre, quiero recibir la manifestación del Espíritu por medio de los dones: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, dones de sanidades, el hacer milagros, profecía, discernimiento de espíritus, diversos géneros de lenguas, interpretación de lenguas. Pido que en todo siga el más excelente camino del amor. (1Co 12:7-11; 14:1)

 

4. Dones de ministerio

Comprendo que por la gracia de Dios recibo dones de ministerio. Padre celestial, si me das el don de prestar un servicio, que lo preste; si tengo el don de enseñar, que enseñe; si me has dado el don de animar, que anime; si tengo el don de socorrer a los necesitados, que sea generoso; si me has dado el don de dirigir, que lo haga con esmero; si tengo el don de mostrar compasión, que lo haga con alegría. (Ro 12:6-8)

 

5. Crecimiento en la gracia

Amado Padre, quiero crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y comprender cuán abundantes son las riquezas de la gracia de Dios en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (2P 3:18; Ef 2:4-10)

 

6. Amor a Dios

Pido que el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones se manifieste en mi vida para que ande en amor por medio del Espíritu que vive en mí. Mi oración es que te ame de todo corazón, y con toda mi alma, y con toda mi mente, y con todas mis fuerzas. (Ef 5:2; Gá 5:25; Ro 8:37-39; Mr 12:30)

 

7. Amor al prójimo

Padre, quiero amar a mi prójimo como a mí mismo, y que no quiero mostrar favoritismo. Ayúdame a seguir el ejemplo del buen samaritano, que ayudó desinteresadamente a un desconocido que estaba en necesidad. (Stg 2:8-9; Ro 15:1-2; Lc 10:25-37)

 

8. Amor fraternal

Señor, quiero amar a los demás con amor fraternal, respetar y honrar a mi prójimo. Pido que mi amor sea sincero. Quiero amar entrañablemente, de corazón puro. Ayúdame para que nada haga por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad considerando a los demás como superiores a mí mismo, velando por el bien de mis hermanos. Siempre que tenga la oportunidad, pido que haga bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. (Ro 12:9-10; 1P 1:22; Heb 13:1; Fil 2:3-4; Gá 6:10; Sal 133)

 

9. Sano amor propio

Reconozco que soy creación maravillosa, una obra maestra de Dios. Ayúdame a tener un sano amor propio, fundado en la comprensión de que soy hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras. (Ef 2:10; Ro 12:3; Sal 139:1-18)

 

10. Amor a los enemigos

Ayúdame a amar a mis enemigos, a bendecir a los que me maldicen, a hacer bien a los que me aborrecen, y a orar por los que se burlan de mí. Pido que aprenda a amontonar ascuas de fuego sobre la cabeza de mis enemigos. (Mt 5:44-48; Ro 12:20; Pr 25:21-22)

11. Gozo y alegría

Padre, enséñame a gozarme en ti en cualquier circunstancia. Quiero cantar alegre a Dios, servir a Jehová con alegría, y venir ante tu presencia con regocijo. Estaré siempre gozoso y me regocijaré en el Señor. Enséñame a no afanarme sino a poner todo en tus manos. (Hab 3:17-19; Sal 100:1,2; Fil 4:4-7; 1Ts 5:16)

12. Pureza de vida

Gracias porque en Cristo tengo un corazón limpio. Pido que la pureza de mi vida se manifieste en hechos y en palabras. Ayúdame a seguir la justicia, la fe, el amor, y la paz. Señor, santifícame en tu verdad; tu palabra es verdad. (Sal 51:10; Mt 5:8; 2Ti 2:22; Jn 17:17)

 

13. Ejercicio de la piedad

Padre, ayúdame a ejercitarme en la piedad. Si bien es cierto que el ejercicio físico trae provecho, la piedad es útil para todo. Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento. Pido que aprenda el secreto de contentarme en cualquier situación. Sé que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (1Ti 4:7-8; 6:6; Fil 4:12-13)

 

14. Victoria en la tentación

Amado Padre, quiero tener victoria en las tentaciones. Como Jesucristo fue tentado, es poderoso para socorrerme cuando sea tentado. Gracias porque no permitirás que sea tentado más de lo que pueda resistir. Ayúdame a cobrar ánimo puesto que en Cristo soy más que vencedor. (1Co 10:13; Heb 2:18; Ro 8:37)

 

15. La voluntad de Dios

Quiero ofrecerte mi cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No me amoldaré al mundo actual, sino que seré transformado mediante la renovación de mi mente para cumplir la voluntad de Dios. Deseo profundamente que, como el salmista, siempre me agrade hacer la voluntad de Dios. (Ro 12:1-2; Sal 40:8; 143:10)

 

16. Amor por la Palabra

Amo la Biblia más que cualquier riqueza que el mundo ofrece, y confío en que la palabra de Dios es viva y poderosa. Pido que nunca dude que toda la Escritura es inspirada por Dios. Ayúdame a meditar en ella de día y de noche; pido que toda mi delicia esté en la Palabra. (Sal 19:10; 1:1-3; Heb 4:12; 2Ti 3:16-17; Jos 1:8).

 

17. Comunión con Dios mediante la oración

Ayúdame a orar sin cesar. En todo tiempo quiero buscar el rostro de Dios con toda oración y súplica en el Espíritu. Que nunca pierda la confianza de acercarme a Dios con la certeza de que si pido conforme a su voluntad, él me oye. Y si sé que Dios me oye, ya tengo lo que he pedido. (1Ts 5:17; Ef 6:18; 1 Jn 5:14-15)

 

18. La armadura de Dios

Pido que sea fortalecido en el Señor, y en el poder de su fuerza; que me vista con toda la armadura de Dios para que pueda hacer frente a las artimañas del diablo. Ayúdame a mantenerme firme, ceñido con el cinturón de la verdad, protegido por la coraza de justicia, y calzado con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Haz que tome el escudo de la fe, para que apague las flechas encendidas del maligno. Me pondré el casco de la salvación y tomaré la espada del Espíritu. (Ef 6:10-18)

 

19. Fiel testigo de Jesucristo

Quiero ser fiel testigo de Jesucristo. Padre celestial, pido que mi vida sea un ejemplo en palabra, conducta, amor, espíritu, fe, y pureza. Quiero seguir el ejemplo de la multitud de testigos presentados en la Biblia, con la mirada puesta en Jesucristo, el autor y consumador de la fe. Ayúdame a correr con paciencia la carrera que tengo por delante. (1Ti 4:12; Heb 12:1-2)

 

20. Crecimiento en la fe

La fe es la certeza de los que se espera; la convicción de lo que no se ve, y sin fe es imposible agradar a Dios. Te pido, Señor, que en mi corazón crezca la fe, de tal modo que no dude de tus promesas sino que mediante la fe reciba todo lo que has prometido en tu Palabra. Pido que mi fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres sino en tu poder. (Heb 11:1-140; Lc 17:5-6; Mr 9:23; 1Co 2:1-5)

 

21. Corazón de siervo

Jesucristo no vino para ser servido sino para servir. Padre celestial, pido que yo siga su ejemplo y tenga un corazón de siervo. Ruego que aprenda a servir de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres. (Ef 6:7; Mr 10:42-45)

 

22. Una vida disciplinada

Señor, te pido que siempre lleve una vida disciplinada, que en todo momento esté dispuestos a escuchar y seguir un buen consejo. Quiero ser una persona responsable, en quien se pueda confiar, y siempre quiero confiar en Dios de todo corazón. (Pr 1:8-9; 3:5-6)

 

23. Integridad y justicia

Dice el salmista que en los íntegros es hermosa la alabanza. Señor, pido que yo ame la justicia y que obre rectamente en todo lo que haga, y que viva en integridad. Desecharé la mentira y hablaré siempre la verdad. (Sal 11:7; 25:21; 33:1; Ef 4:25; Mi 6:8)

 

24. Respeto a los mayores

Padre celestial, ayúdame a respetar las canas y honrar el rostro del anciano. La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la hermosura de los ancianos es su vejez. (Lv 19:32; Pr 20:29)

 

25. Gratitud

Es la voluntad de Dios que demos gracias en todo. Padre celestial, te pido que yo abunde en acciones de gracias, que nunca olvide todos tus beneficios. (Col 2:7; Ef 5:20; 1Ts 5:18; Sal 100:1-5; 103:1-5)

 

26. Compasión y misericordia

Quiero ser compasivo; llorar con los que lloran y gozarme con los que se gozan. Pido que en todo sea misericordioso, como también mi Padre es misericordioso. (Ro 12:15; Lc 6:36; Pr 3:3)

 

27. Un corazón perdonador

Pido que esté siempre dispuesto a perdonar. Ayúdame a perdonar a quienes me ofenden, como tú, oh Dios, me perdonas en Cristo. (Ef 4:32; Col 3:13; Mt 6:12)

 

28. Generosidad

Dios ama al dador alegre. Quiero ser generoso, rico en buenas obras, siempre dispuesto a compartir lo que tengo, atesorando así un seguro caudal para el futuro. Ayúdame a cumplir con el diezmo y las ofrendas, porque tu promesa, Señor, es que me abrirás las ventanas de los cielos y derramarás sobre mí bendición hasta que sobreabunde. (1Ti 6:18-19; 2Co 9:6; Mal 3:10).

 

29. Alegría en el corazón

El corazón alegre es medicina para los huesos. Pido que sea lleno del gozo que infunde el Espíritu Santo; que nunca olvide que el gozo del Señor es mi fuerza, y que siempre me regocije en ti. (1Ts 1:6; Neh 8:10; Fil 4:4)

 

30. Amor al trabajo

Pido que nunca deje de apreciar y valorar el trabajo, y que haga todo mi trabajo de corazón, como al Señor y no para los hombres. Quiero seguir el buen ejemplo de la hormiga y ser laborioso y no perezoso. (Col 3:23; Pr 6:6-11)

 

31. Buenas obras

La fe sin obras es muerta. Como Dorcas de la Biblia, quiero abundar en buenas obras. Quiero ser un siervo de Dios que esté enteramente capacitado para toda buena obra. (Hch 9:36; Ef 2:10; Gá 6:2)

 

32. El camino más excelente

Señor, ayúdame a seguir el camino más excelente, el del amor. Quiero ser paciente, bondadoso, y generoso. Pido que no tenga envidia, que no sea jactancioso, que no guarde rencor; que siempre siga la misericordia y la verdad. (1Co 13:1-13; Pr 3:3)

 

33. El fruto del Espíritu

El fruto del Espíritu es amor. Quiero desechar las obras de la naturaleza pecaminosa y tener siempre amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, y templanza. Ayúdame a tener paciencia en todo lo que haga, y siempre quiero ser bueno con los demás. (Gá 5:22-23; 1Ts 5:15)

 

34. El vestido de humildad

Pido, amado Padre, que yo no sea egoísta y vanidoso sino que con humildad considere a los demás como superiores a mí mismo; que sobre todas las cosas me vista de amor, que es el vínculo perfecto. (Fil 2:3; Col 3:12-14)

 

35. La obediencia

La obediencia es mejor que los sacrificios. Ayúdame, Señor, a obedecer a quienes corresponda: padres, maestros, jefes, líderes espirituales, autoridades. Sobre todas las cosas, ayúdame a obedecerte a ti, el único y soberano Dios. (1S 15:22; Hch 5:29; Ef 6:1-7; Col 3:22; Heb 13:17; Ro 13:1)

 

36. Fidelidad y lealtad

Pido que nunca olvide la importancia de la fidelidad. Quiero ser leal y cumplido en mi trato con las personas; debo siempre cumplir lo que prometo. ¡Ayúdame a ser fiel y leal! (1Co 4:2; Ec 5:4-5).

 

37. Primero el reino de Dios

Señor, quiero buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. Confiaré en ti, mi Padre amoroso, porque sabes lo que necesito y me suples el pan de cada día. (Mt 6:33)

 

38. Protección divina

Padre celestial, pido que me guardes como la niña de tus ojos, que me escondas bajo la sombra de tus alas. Gracias porque el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Tú mandas a tus ángeles para que me guarden en todos mis caminos. Ninguna arma forjada contra mí prosperará. (Sal 17:8; 34:7 91:11; Is 54:17)

 

39. No juzgar a los demás

Pido que yo aprenda la lección de la paja y la viga; que no me fije en las faltas de los demás sino que sepa corregir mis propios errores. Enséñame que es tu trabajo, oh Dios, ser el juez y que mi responsabilidad es amar. (Mt 7:1-5)

 

40. Jehová nuestro Sanador

Quiero confiar de todo corazón en que tú eres Jehová mi sanador. Jesús fue herido por mis rebeliones, fue molido por mis pecados, el castigo de mi paz fue sobre él, y por su llaga fui curada. Cuando esté enfermo, pediré oración según las instrucciones de Santiago. (Éx 15:26; Is 53:5; Stg 5:14-16)

 

41. La prosperidad

Pido que yo sea prosperado en todas las cosas, que tenga salud, y que prospere mi alma. Pido que reciba abundantes bendiciones del cielo, y que abunde en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Lléname, Señor, de toda alegría y paz. Inspírame con la certeza de que cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que has preparado para los que te aman. (3 Jn 2; Ef 3:20-21; Ro 15:13; 1Co 2:9)

 

42. La regla de oro

Pido que yo siempre dé a todos el debido respeto, como enseña tu Palabra: a los hermanos, a Dios, a las autoridades. Ayúdame a respetar a mi prójimo, y así sentar un buen ejemplo de cómo debe ser un fiel seguidor de Cristo. Trataré a los demás como quisiera que me traten. (1P 2:17; Mt 7:12)

 

43. Sabiduría y cordura

Pido que ante todo adquiera sabiduría; sobre todas las cosas buscaré inteligencia. No quiero olvidar que el principio de la sabiduría es el temor del Señor. (Pr 4:7; 1:7; 8:11; Stg 1:5)

 

44. Fuerte y valiente

Padre amado, ayúdame a ser fuerte y valiente en todo lo que haga. Mi fortaleza es la certidumbre de que Dios nunca me dejará ni me abandonará. No he recibido un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio. (Dt 31:6; Jos 1:9; 2Ti 1:7)

 

45. Un espíritu dócil

Pido que siempre tenga un espíritu dócil; aprenderé de Jesús, que es manso y humilde de corazón. Ayúdame a recordar siempre que el que se humilla será ensalzado, pero el que se ensalza será humillado. (Mt 11:29; Lc 14:11; Fil 2:5-8)

 

46. Esperar la venida de Cristo

Gracias por la bendita promesa de que Cristo volverá y nos llevará al hogar celestial. Ayúdame a esperar ese día, y a estar listo cuando el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios descienda del cielo para llevarnos a nuestro hogar celestial; así estaremos siempre con el Señor.Ayúdame a alentar a mis hermanos en la fe con esas palabras. (Jn 14:1-3; 1Ts 4:13-18; Ap 22:7,12,20)

 

47. Confiar en las promesas de Dios

Abraham no dudó de las promesas de Dios, sino que se fortaleció en la fe. Pido que yo aprenda a confiar plenamente en las promesas que nos has dado en tu Palabra. Quiero ser ejemplo para los demás. En medio de las circunstancias más adversas, ayúdame a estar firme en la fe. (2Co 1:20; 2 P 1:4; Heb 10:23; Ro 4:20-21)

 

48. Imitadores de Dios

Ayúdame a ser imitador de Dios como hijo amado. Pido que por tu misericordia ande en amor, como también Cristo me amó, y se entregó a sí mismo por mí, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pido que tu paz gobierne en mi corazón. (Ef 5:1-2; Col 3:15)

 

49. Todo para la gloria de Dios

Pido que todo lo que haga sea de corazón, como para el Señor y no para los hombres, porque del Señor recibiré la recompensa. (Col 3:23-24; Ef 6:6-8; 1Co 10:31)

 

50. Puestos los ojos en Jesús

Padre amado, ayúdame a correr con paciencia la carrera de la fe, a poner los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. (Heb 12:1-3)

 

51. Una lengua santa

Pido que pongas guarda a mi boca, guarda la puerta de mis labios. Ayúdame a cuidar mi lengua y hablar solamente lo que es agradable a Dios. (Stg 3:1-12; Sal 141:3)

 

52. La buena batalla de la fe

Pido que con tu ayuda y fortaleza, mi amado Dios, yo pelee la buena batalla de la fe, eche mano de la vida eterna, acabe la carrera, y guarde la fe. ¡Quiero ser fiel a Jesucristo hasta la muerte! (1Ti 6:12; 2Ti 4:7; Ap 2:10)

 

 

 

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.