Una novia preparada para su Amado

Una novia preparada para su Amado

Eva Portrait 2

 

 

En memoria de mi hija

Eva-Marie Lundquist Anderas

27 de marzo de 1970 – 13 de diciembre de 2001

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Recuerdo la emoción que sentí al prepararme para la llegada de mi novio. Había conocido al amor de mi vida en una visita a Suecia. Mis padres y yo éramos misioneros en el Perú y vimos la necesidad de que yo tuviera un esposo. Ellos estaban orando por mí para que me encuentre con alguien que sintiera el llamado para la obra misionera en el Perú. Cuando faltaba poco tiempo para dejar mi país, me encontré con Benito. Me podría haber quedado para que viajáramos juntos al Perú, pero me sentí responsable de la obra entre los niños y jóvenes que teníamos, así que volví a mi campo de ministerio como estaba previsto. Mi novio viajaría allá en algunos meses y nos casaríamos.

Estaba enamorada y muy emocionada. No veía el día en que llegara mi futuro esposo. Me hallaba ocupada preparando todo para su llegada. Y contaba los días. Cuando llegó, y nos casamos, mi alegría fue completa.

SOMOS LA ESPOSA DE CRISTO

En estos últimos días Dios ha hablado a mi corazón acerca de la Novia [Esposa] de Cristo y del inminente regreso del Amado. ¿Estoy tan entusiasmado con su venida como cuando esperaba que mi Benito viniera al Perú? ¿Estoy preparándome para el gran día de la boda? ¿Espero su venida cada momento del día? ¿Me emociona esperar su llegada?

Tengo una hija en el cielo. Entre las cosas que guardo como recuerdo, está su primer sermón, predicado (o simplemente hecho por escrito, no lo sé) cuando tenía 10 años de edad. Lo siento como un saludo desde la tumba, algo que confirma el tema del cual Dios me está hablando.

Sermón de Eva-Marie Lundquist (10 años)

Quiero leer en el libro de Apocalipsis, capítulo 21. Nosotros, los que somos cristianos, sabemos que es lindo tener a Jesús en nuestro corazón. Nosotros, los cristianos, veremos un cielo nuevo y una tierra nueva. Tal vez no puedes entender lo que quiero decir con un cielo nuevo y una tierra nueva. Cuando Jesús venga del cielo y lleve a su Esposa veremos un cielo nuevo y una tierra nueva.

Los que no han recibido a Jesús como su amigo personal, no pueden llegar al cielo nuevo y la tierra nueva. ¡Es muy emocionante tener a Jesús en el corazón! Pudieras pensar que uno tiene que estar sano para creer en Jesús. Pero no es así. Aunque estoy enferma creo en Jesús.

Necesitas ser salvado. También se puede decir que uno nace de nuevo. He testificado desde que tenía un año de edad. Esta es la primera vez que voy a predicar. Ahora vamos a pasar a la predicación.

Fui bautizada en Kristianstad en Suecia. Fui bautizada en el Espíritu Santo en Suecia.

Carina, mi hermanita, dice que no es tan fácil entender lo de la Esposa. Si somos cristianos, somos la Esposa que Jesús vendrá para llevar al cielo. No se puede estar sin Jesús. Estamos en los últimos minutos antes de que Jesús venga a llevar a su Esposa.

Si quieres recibir a Jesús, puedes decir: Jesús, quiero ser tuyo. Quiero llegar a tu cielo. Puedes hacerlo ahora. Si deseas recibirlo, puedes levantar la mano. Entonces oraré por ti. Pero no tienes que levantar la mano, porque Jesús te ve ahora. Vamos a orar. Si has sido salvo ahora, Dios te ve todos los días.

PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES

Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.

Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!»

Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: «Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.» Mas las prudentes respondieron diciendo: «Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.»

10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» 12 Mas él, respondiendo, dijo: «De cierto os digo, que no os conozco.»

13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. Mateo 25:1-13

¿Somos una esposa preparada para su Esposo? ¿Estamos listos para el día en que Jesús vendrá para llevarnos a nuestro hogar celestial? ¡Habrá una fiesta de bodas!

Bodas del Cordero

No podemos imaginar lo gloriosa que será la fiesta

Cuando estaba en el Perú y me preparaba para la boda con Benito era consciente de todos los detalles. Primero y ante todo, tuvimos que pedir permiso de las autoridades para casarnos; había que hacer mucho papeleo. Tuve que coser mi vestido de novia, tuve que decidir quiénes serían mis damas, tuve que mandar a hacer sus vestidos, etc. Había que hacer la torta (el pastel) y todos los bocaditos. Como asistieron trescientas personas a la boda, había bastante que preparar. Cada detalle fue hecho con amor y esperanza.

UNA IGLESIA SIN MANCHA NI ARRUGA

Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Efesios 5:25-28

Jesús dejó la gloria del cielo para venir a la tierra para comprar con su preciosa sangre a su iglesia, su novia. Llevó una vida santa y pura, pero tomó sobre sí todo el pecado y la vergüenza del mundo cuando fue a la cruz. Jesús se entregó a sí mismo por nosotros, para que pudiera presentar a sí mismo una iglesia gloriosa, «sin mancha ni arruga». Jesús quiere tener una iglesia santa y sin mancha.

Esto es lo que nos espera como la esposa de Cristo:

LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO

Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía:

«¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;
porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera
que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre
de sus siervos de la mano de ella.»

Otra vez dijeron: «¡Aleluya!» Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.

Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: «¡Amén! ¡Aleluya!»

Y salió del trono una voz que decía:

«Alabad a nuestro Dios todos sus siervos,
y los que le teméis, así pequeños como grandes.»

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía:

«¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente;
porque el lino fino es las acciones justas de los santos.»

…Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Apocalipsis 19:1-9

LA FRAGANCIA DE LA NOVIA

Hay una bella historia de amor en un breve libro del Antiguo Testamento, llamado Cantar de los Cantares. Léelo como si fuera una historia de amor entre ti y Cristo. La Amada anhela a su Amado.

¿Tienes tiempo para Jesús, tu Amado? ¿Estás adornándote como una novia se adorna para recibir a su prometido?

La iglesia de Jesucristo, su esposa, está dividida; hay riñas, ira, celos, rivalidades, disensiones. ¿Cómo debe dolerle el corazón al Amado cuando nosotros, su novia, no podemos llevarse bien unos con otros?

Dios me ha llamado a escribir este año sobre la fragancia de su amor, acerca de emanar el aroma de Cristo. Es mi oración que cada palabra que he elegido para esta enseñanza nos acerque más a nuestro Amado. Deseo que los mensajes produzcan joyas que nos adornen en la preparación para recibir a nuestro Rey y Salvador.

Jesús quiere santificarnos a través de su Palabra. “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad”, oró Jesús antes de ir a la cruz (Juan 17:17). El amor, la bondad, la compasión, el perdón, la generosidad, la humildad, la integridad… son algunos de los temas que comprenden este estudio.

Oremos que nuestro amor a Jesús sea renovado, que nos preparemos con anticipación para su venida.

Sin mancha ni arruga… permite que esas palabras lleguen a lo profundo de tu alma. Jesús quiere presentarnos a sí mismo como una iglesia gloriosa, una iglesia resplandeciente.

Este es un mensaje para chicos y grandes. Me maravilla la memoria de mi hija, que a los diez años de edad era muy consciente de ser la esposa de Cristo, que habló del cielo nuevo y la tierra nueva. ¡Qué bendición que ahora ella esté con Jesús en el paraíso!

Deja que Cristo Jesús te santifique por completo. Él es quien te preparará para presentarte a sí mismo en todo tu esplendor. Enamórate de Él una y otra vez. No hay palabras para expresar cuánto te ama. El obrará en ti el amor, la bondad, la compasión, el perdón, la generosidad, la humildad, la integridad…

¡Seamos una novia preparada para su Amado!

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About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.