Una extraordinaria ofrenda de amor

Una extraordinaria ofrenda de amor

Estas últimas semanas he visitado a María y Marta en Betania. En mi imaginación, por supuesto; pero es como que he estado con ellas. Las dos hermanas amaban de todo corazón a Jesús y hacían lo sumo para mostrarle su amor. (Véase Lucas 10:38-42; Juan 12:1-8; Marcos 14:3-9.) Marta, la experta ama de casa, mostró su amor a Jesús con hospitalidad. María escogió sentarse a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas.

Lo que ha tocado profundamente mi corazón es la ofrenda extraordinaria y extravagante que ella dio a su amado Maestro; un perfume valorado en lo que representa el salario de todo un año. Cuando derramó el perfume costoso a los pies de Jesús, fue criticada por haber desperdiciado algo tan valioso.

MM 004 colorEn mi mensaje semanal a los maestros que usan
La Perlita escribí:

Quizá hay personas que te critican por el trabajo que haces con los niños. Muchos no valoran a los niños. Para mí ellos son joyas y cualquier cosa que hagamos por ellos no es desperdicio. ¡Siéntete orgulloso de trabajar con niños! Estás formando ciudadanos para una patria mejor. ¡Ojalá que en alguna escuela dominical esté un futuro presidente de tu país!

Una maestra me escribió que ese mensaje fue para ella, porque es criticada por el amor que dedica a los niños. Espero que mi respuesta la haya animado. Quizá hay alguien que lee este mensaje que también es criticado. ¡No te desanimes! La dulce y delicada María fue criticada por quienes debieran haberla animado: los discípulos.

¿Cómo reaccionó Jesús a la crítica de los discípulos? ¡Escúchalo!

«¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella» (Mateo 26:10-13).

Cuando María ungió los pies de Jesús, ¡la casa se llenó del olor del perfume! Cómo quisiera que muchas casas se llenen del olor del perfume de amor que emanamos. Con el favor de Dios este año esparciremos la fragancia del evangelio de amor de nuestro buen Dios. Y lo enseñaremos a los niños.

No podemos verter, literalmente, el perfume sobre los pies de Jesús; pero podemos ser sus manos y pies para amar a los demás. Podemos llenar el mundo de la fragancia de actos de amor extravagante.

Tengo ahora lista la historia del amor extravagante de María. Siento que Dios ha puesto en mi corazón este tema de la fragancia de Cristo. Será un arduo trabajo preparar el material, que tiene que ser por encima de todas mis responsabilidades. Lo siento como mi perfume que derramo a los pies de mi Salvador. Voy a tratar de mantener un horario de una lección bimensual; pero a veces la vida se «interpone», y entonces puede demorar tres semanas.

Tengo la valiosa ayuda de nuestro fiel artista dibujante, el hermano Absalóm-León Sixco. Me admiro por la imaginación que él tiene para hacer los dibujos. Es un regalo de Dios para los niños y maestros. Y si no fuera por mi fiel colaboradora Cristina Alvarez, por cierto que no saldría este material. Ora por nosotros, para que tengamos buena salud y mucha imaginación; así habrá lindas lecciones para enseñar sobre la vida cristina.

Marta, la experta en artes culinarias, sirvió a Jesús con un corazón hospitalario. María, dócil y abnegada, aprendió del Maestro, sentada a sus pies. Con su ejemplo ella nos  enseña a ofrecer a Jesús lo más preciado que tenemos. ¿Qué podemos hacer para llenar nuestro mundo con la fragancia de actos de amor? ¿Cómo podemos mostrar a nuestro Salvador amor extravagante?

Tengo amigos misioneros en Jordania. Sus dos hijos van a una escuela árabe. Un día el menor de ellos abrazó a su madre cuando fue a buscarlo a la escuela y le dijo que uno de sus compañeros de clase lo había tratado mal.

«Al principio me enojé con él –le dijo a su madre–. Pero luego recordé que él no conoce a Jesús. Él no sabe cómo mostrar amor, pero yo sí sé. No lo odio. Voy a mostrarle amor para que él aprenda a ser amable.»

Así debemos pensar. Al ser un buen ejemplo, emanamos la fragancia de Cristo. Nuestra ofrenda de amor extravagante al prójimo honra a Jesús. Pregúntate hoy: ¿cómo mejor puedo ser las manos amorosas de Jesús? ¿Cómo puede mi vida ser la fragancia del conocimiento de Cristo?

Todos los componentes para enseñar la historia de María están en:

2016 Año de la Fragancia de Cristo

La siguiente lección del abecedario de fragancia será acerca de una mujer muy bondadosa, la abnegada Rut. Pero antes de esa lección tendremos un tema que sentará las bases. Para todo edificio hay que tener un buen cimiento. Vamos a hablar acerca de la enseñanza de Jesús sobre los dos constructores.

Mientras tanto, queridos padres y maestros, los amo con el amor del Señor y oro que todos seamos fortalecidos en el hombre interior por el poder del Espíritu.

¡Hasta pronto! ¡Shalom!

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.