Un millón de palabras

Un millón de palabras

Quiero contarte acerca de un gran milagro que Dios hizo por mí hace un par de años. Lo que voy a decir es todo para la gloria de Dios por su amoroso cuidado de esta viudita. ¡Él es el Padre de huérfanos y defensor de viudas!

Todo comenzó con un gran conflicto, algo así como pasó hace más de dos mil años en Antioquía.

El gran conflicto

Hechos 15:36-41

Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.

39 Y hubo tal desacuerdo [conflicto] entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, 41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.

La primera vez que oí hablar de este incidente fue en 1961, cuando mis padres y unos misioneros norteamericanos decidieron ir cada uno por su camino. Sucedió en el Perú, donde ellos habían estado trabajando juntos por un tiempo. Sus diferentes puntos de vista los llevaron a una situación como la que se describe en Hechos 15. Recuerdo a mi madre que, intentando consolarse, habló de lo que pasó con Pablo y Bernabé, que se separaron porque tenían diferentes opiniones sobre Juan Marcos, el joven que más tarde escribiría el Evangelio según San Marcos.

LA CAUSA DEL CONFLICTO
Marcos había acompañado a Pablo y Bernabé cuando fueron enviados desde Antioquía en lo que se conoce como el primer viaje misionero de Pablo. «Tenían también a Juan de ayudante», leemos en Hechos 13:5. No habían avanzado muy lejos en su viaje cuando «Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén» (v. 13). Esto no le cayó bien a Pablo y fue la razón de que no quería llevar a Juan Marcos con ellos en el segundo viaje misionero. Pablo y Bernabé tuvieron tal desacuerdo que se separaron el uno del otro.

Bernabé probablemente defendió a Juan Marcos porque eran parientes. Este joven era su primo (Colosenses 4:10). Los lazos familiares son fuertes. Bernabé tomó consigo a Juan Marcos y navegó a Chipre. ¡Ellos se fueron a casa!

EL HIJO DE CONSOLACIÓN
En Hechos 4:36 leemos que Bernabé era de Chipre. Él no tenía motivo para volver a Jerusalén, porque había vendido su terreno. Lo más natural era que volviera a casa. ¿Verdad que todos sentimos que queremos ir a casa cuando nos decepcionan? ¡El hogar es un lugar seguro y reconfortante! Al menos eso es lo que debiera ser.

Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, 37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles. Hechos 4:36,37

Bernabé era un hombre compasivo. Los apóstoles le habían puesto este sobrenombre, que significa Hijo de Consolación. Él fue quien llevó a Pablo a la iglesia en Jerusalén y habló bien de él, cuando nadie creía que Saulo el perseguidor se había convertido.

Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. 27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. 28 Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía. Hechos 9: 26-28

Seguramente fue doloroso para Bernabé cuando se separaron. Él había querido animar a Juan Marcos y darle otra oportunidad; pero Pablo no estuvo de acuerdo con él. ¡Fue así que Bernabé y Juan Marcos se fueron a casa! El terruño que nos vio nacer es un buen lugar para tomar nuevo ánimo. Con el consuelo recibido en casa podemos empezar de nuevo. Pienso que el hogar siempre debe ser un lugar de refugio.

JUAN MARCOS, ÚTIL PARA PABLO
No sabemos exactamente cómo se desarrollaron las cosas; pero de alguna forma se le dio a Juan Marcos otra oportunidad y se convirtió en uno de los compañeros de milicia de Pablo. Cuando Pablo escribe a Filemón y nombra a sus colaboradores, Marcos está primero en la lista: «Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores» (v. 24)

Más tarde, cuando Pablo está en la cárcel y le escribe a su hijo espiritual Timoteo, le pide que haga lo posible de ir pronto a verlo, «porque Demas me ha desamparado, amando este mundo».  Sólo Lucas estaba con él.

 Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. 2 Timoteo 4:11

Ésta es una historia muy alentadora, ya que muestra que nuestras diferencias y los desacuerdos no tienen que ser el final. Siempre tiene que haber lugar para el perdón. A veces un desacuerdo puede ser el comienzo de algo nuevo y diferente, algo mucho mejor.

UN GRAN DESACUERDO
Habiendo dicho todo esto, llego al testimonio que quiero contar. Hace dos años, una compañera de trabajo y yo tuvimos un GRAN desacuerdo. Los detalles están sellados; no hay motivo de repetirlos. Quiero dar testimonio del resultado de una situación muy dolorosa.

Yo hacía traducciones de modo independiente para una editorial cristiana, y lo había estado haciendo muchos años. Meses antes del incidente que voy a relatar, Dios había estado hablando a mi corazón para que renuncie a ese trabajo. Era difícil porque pensaba que estaban contentos con mis aportes y teníamos una buena relación. Sentí que iba a decepcionar a mi amiga si le cortaba mis servicios; pero Dios seguía hablándome de que renuncie.

Luego me llegó un trabajo del que tuve que opinar y mostrar mi desacuerdo. Tan grande fue el conflicto que puso fin a la historia. ¡No más me darían trabajos de traducción!

UN VIERNES DE DOLOR
Fue una experiencia hiriente y dolorosa. El mismo día en que esto sucedió, temprano en la mañana, Cristina me llamó desde el Perú. Ella estaba caminando por las calles de Lima sin trabajo. Por un tiempo ella me había estado haciendo dibujos para La Perlita y yo había estado pensando que sería genial si pudiera trabajar a tiempo completo conmigo. Como tenía trabajos de traducción con la editorial que he mencionado, me sentí confiada en ofrecerle que trabajara conmigo. Con mis ganancias por las traducciones podría pagar su salario. ¡Así que la contraté al momento!

Más tarde, esa mañana, recibí una llamada telefónica que puso todo al revés. Por supuesto, Dios sabía que todo esto iba a suceder, así que me hizo acompañar ese día con una amiga. Ella acababa de ayudarme a poner todos los alfileres de cabecita redonda en mi mapamundi para mostrar los 150 países adonde habían llegado mis blogs. Cuando esta amiga vio mi angustia señaló el mapa y me animó a tomar nuevo empuje y a pensar en todas las personas que estaban recibiendo mis «perlitas» y las lecciones bíblicas.

Oré a Dios y le dije que no tenía ánimo para «des-contratar» a Cristina. Yo había estado tan segura en mi corazón de que era la voluntad de Dios que la contratara. «Señor, tendrás que darme otra fuente de ingresos para pagarle a Cristina», dije en mi oración.

UN LUNES DE VICTORIA
Todo esto sucedió un viernes. Tenía un trabajo de traducción de otra editorial, unas lecciones para huérfanos y niños en riesgo. La jefa de redacción me había hablado de que quería hacer todo el proyecto, pero como dependían de donaciones no estaba segura si pudieran hacerlo. ¡Pero sucedió!

El lunes ella me llamó y me preguntó si estaba dispuesta a asumir el proyecto.

«Quiero contratarte –me dijo–. Será un contrato de tres años, ¡y te vamos a pagar un año por adelantado!»

¿Alguna vez has oído cosa semejante? ¡Pago de un año por adelantado! Ahora yo estaba libre y pude tomar ese trabajo. ¡Ese trabajo es de un millón de palabras! No sé cuántas veces he dado gracias a Dios por lo que pasó ese triste viernes. Fue doloroso, ¡pero qué bendición me trajo!

OCHENTA MIL PALABRAS
Trabajo por trimestres, de tres unidades. Acabo de terminar el octavo trimestre, que son 39 lecciones y más de 80.000 palabras. Cuando termine el proyecto, dentro de un año, habré traducido 468 lecciones y ¡aproximadamente un millón de palabras!

En el trabajo que «perdí» traducía artículos teológicos para predicadores, con temas complicados y palabras largas y difíciles de traducir. ¡El trabajo que tengo ahora es excelente! Es lo que he acostumbrado hacer toda mi vida. ¡Son lecciones bíblicas para niños! Nada pudiera ser mejor.

Me sentí muy afortunada y agradecida hoy al terminar otro trimestre, tan feliz que tuve ganas de bailar. Cada vez más me alegro porque Dios me ha dado este trabajo. Comenzó con un conflicto muy doloroso. Pablo y Bernabé también tuvieron un conflicto doloroso, pero Dios no los dejó. Pablo continuó su ministerio con otros compañeros de trabajo, siendo los principales Silas, Timoteo y Lucas.

Cuando Bernabé fue «a casa» con Juan Marcos, seguramente continuó su ministerio de «consolación». Juan Marcos se convirtió en un gran servidor del reino de Dios. Tenemos el maravilloso Evangelio según San Marcos que escribió.

UN AÑO POR ADELANTADO
Esta experiencia es uno de los milagros más grandes de mi vida. ¿Quién ha oído hablar de que se pague un año por adelantado? Dios sabía que necesitaba ese estímulo (¡y el dinero!). Gracias a este trabajo he podido contratar los excelentes servicios de Cristina y también del hermano Absalóm-León en Costa Rica. Él ha hecho los dibujos que ilustran este blog. Tenemos 150 imágenes para ilustrar todo el libro de los Hechos. Estoy orando al respecto y me pregunto cómo vamos a utilizarlos de la mejor manera. Pronto habrá multimedia y visuales para los maestros de clases bíblicas, y tengo la esperanza de hacer algunos libros para niños.

Todas las bendiciones y los materiales didácticos producidos en mis páginas web de los últimos dos años tuvieron su inició con algunos desacuerdos que hirieron lo profundo de mi corazón (hay otra ruptura dolorosa que pasó en esos mismos días). Dios, que prueba los corazones y sana las heridas, no nos abandona. Las pruebas nos hacen más fuerte, si dejamos que el Espíritu de Dios haga su obra.

Pasion de mi vida

¿Todavía estás conmigo? ¡Dios te bendiga! Déjame animarte. ¿Tienes pruebas? ¿Estás pasando por problemas? Fíjate que estás pasando. ES PASAJERO… ¡A su tiempo llegarás al otro lado!

¿Has leído Romanos 8:28? Tal vez lo has citado alguna vez. ¡Créelo! Soy testimonio vivo de que es verdad. Las 640.000 palabras que he traducido hasta el momento en este proyecto son prueba de que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.

Estoy muy agradecida a Dios –no tengo palabras para expresar mi agradecimiento– de que me ha dado este trabajo de traducir lecciones para huérfanos y niños en riesgo en América Latina. Si alguien me ofreciera un millón de dólares no significaría nada en comparación con la alegría de hacer esta obra de amor.

GRACIAS A DIOS POR MIS COLABORADORES
Cada palabra en mi trabajo de traducción es una alegría, aunque a veces quisiera estar haciendo mis propias lecciones. Allí hay otro agradecimiento. Dios ha puesto en mi camino a Ximena Soliz y le ha dado el don de escribir lecciones. Ella lo hace voluntariamente como un servicio de amor a Jesús. Yo siento como Juan el Bautista dijo al hablar de Jesús. Juan quería menguar y que Jesús creciera (Juan 3:30). Quiero que mis colaboradores «crezcan» y que poco a poco yo sea menos notoria.

Mis nietos me hacen recordar que soy vieja y que puedo morir en cualquier momento. Pero ellos solo ven el cascarón y se olvidan que dentro de esa «casita vieja» hay un corazón joven.

Quiero capacitar a quienes puedan seguir con esta labor cuando Dios me lleve, aunque quisiera quedarme por lo menos veinte años más. Mi oración a Dios es que estos años dorados sean los más llenos de vigor; quiero tener una vitalidad extraordinaria. Esa vitalidad se hace notar porque son más de las 2:00 AM, ¡y sigo escribiendo!

Cada vez que encuentro a alguien que desea colaborar y usar sus dones me lleno de alegría. Siempre he tenido el sentir de «preparar el camino» para mis queridos hermanos latinoamericanos y, por supuesto, también mis hermanos iberoamericanos.

Cuando llegue al millón de palabras serán 1.000.000 de alegrías. Gracias a todas estas palabras ustedes mis amados hermanos esparcidos por muchos países tienen los hermosos dibujos que hace Cristina para La Perlita y los que hace Absalóm-León para las lecciones. Cristina también hace los dibujos para las lecciones ilustradas y ha hecho varios videos que están en YouTube, bajo Historias de Tía Margarita, como éste: La abejita floja

ALÉGRATE EN TU TRABAJO
 ¡Cómo quisiera que tú también tengas un trabajo que te haga sentir tan feliz que quisieras bailar de alegría! Pídeselo a nuestro buen Dios. En Santiago 1:5 dice que Dios da «sin reproche» a quien le pide sabiduría. Para cualquier trabajo se necesita sabiduría. ¡A pedir se ha dicho!

Fíjate lo que escribe Salomón, que no hay cosa mejor que alegrarse en su trabajo. Si no eres feliz en tu trabajo, pide a Dios que te cambie de lugar o que te ayude a cambiar de actitud para que seas feliz en el lugar donde Él te ha puesto.

Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él? Eclesiastés 3:22

¡Buenas noches! Pronto van a ser las tres de la mañana. Me siento tan inspirada que si no me cuido quizá aquí escriba un millón de palabras.

Me despido hasta pronto deseándote un millón de bendiciones donde más las necesites.

 Dios dispone todas las cosas
para el bien de los que lo aman.

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.