¿Verdad que sería increíble si pudiéramos subir a una máquina de tiempo y volver al día en que hubo un gran alboroto en Jerusalén, cuando la multitud tendió mantos y ramas de palma en el camino para que pasara el Rey de reyes y Señor de señores? Ese fue un día de gozo incomparable, un día de cantos de alabanza.
¿Has pensado alguna vez en el burrito en que montó Jesús? El evangelista Marcos nos da el detalle de que nunca nadie lo había montado. Las bestias generalmente no se dejan montar con facilidad. Vi un video en Facebook de alguien que trataba de montar por primera vez en una bestia; el burro no se dejaba montar con facilidad. Allí es donde pensé que el burrito de ese día habrá sentido que lo iba a montar su Creador. ¿Cómo habrá sido? Así como Jesús ordenó al viento y las olas que se callaran y que hubiera paz, seguramente ordenó al burrito que no hiciera resistencia.
Todo en la Creación está a las órdenes del Maestro. Yo le sirvo con todo mi amor; seguramente tú haces lo mismo.
Estas últimas semanas Cristina, Absalóm y yo hemos estado ocupados preparando material para la Semana Santa. Se nos ha venido encima la hora y lo presentamos un poco tarde; pero en algo servirá y para el año próximo ya estará listo con tiempo.
ALABANZAS AL REY
He titulado este blog «La semana más asombrosa» porque los sucesos son realmente asombrosos.
–¡Hosanna al Hijo de David!
–¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
–¡Hosanna en las alturas!
Toda la ciudad está conmovida. La gente aclama al profeta Jesús de Nazaret de Galilea. Unos días más tarde, la misma gente grita ante el gobernador Pilato:
–¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
Te invito a leer esta semana los relatos de esta semana asombrosa, como los presentan Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Cada uno presenta distintos detalles que al unirlos nos dan un cuadro completo.
EL TEMPLO, CASA DE ORACIÓN
Lo primero que Jesús hace es ir al templo para poner en orden las cosas. Allí hay mesas de cambistas de dinero, hay venta de palomas para los sacrificios. Jesús, que recién estaba alegre y sonriente, se enoja sobremanera. Nunca nadie lo había visto tan enojado. Tal vez nunca lo habían visto enojado. Ahora Jesús empieza a volcar las mesas de los cambistas y de los que vendían palomas. ¡Vuelan las monedas y las palomas!
–¡Esta es la casa de mi Padre! –truena la voz de Jesús, indignado al máximo–. Está escrito que debe ser casa de oración. ¡Ustedes la han convertido en cueva de ladrones!
Para celebrar la Pascua venían judíos de diferentes lugares, con distintas monedas; necesitaban cambiarlas para las que se usaban en el templo. Los viajeros no habían traído palomas para los sacrificios. ¡Pero no debían convertir el templo en un mercado!
Luego vinieron ciegos y cojos para ser sanados. ¡Y Jesús los sanó a todos! En medio de todo el acontecer los niños seguían gritando sus alabanzas: «¡Hosanna al Hijo de David!»
LA PERFECTA ALABANZA
Pero no todos estaban felices; no todos cantaban «Hosanna». Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se indignaron.
–¿Oyes lo que éstos están diciendo? –preguntan a Jesús.
–Claro que sí –responde el Maestro–. ¿No han leído que en los labios de los pequeños Dios ha puesto la perfecta alabanza? Además, si la gente no me alababa, lo harán las piedras.
Esa semana en Jerusalén es la más dramática y asombrosa de la historia humana. Un día la gente tiende mantos y ramas de palma en el camino para que pase el rey Jesús, y le cantan alabanzas y hosannas. ¡Después lo condenan a muerte!
Cada año, durante la Pascua, el gobernador romano, Pilato, acostumbra soltar a un preso, uno que la gente escoja. Ese año el gentío prefiere que suelte al criminal Barrabás y piden que crucifique a Jesús.
Esa semana sucedieron cosas que nadie podía imaginar. Piensa solamente en la oscuridad que hubo desde el mediodía hasta la media tarde. ¿Cómo habrá sido el terremoto, tan fuerte que se partieron las rocas? Se abrieron los sepulcros y resucitaron siervos de Dios de la antigüedad. Entraron en la ciudad y se aparecieron a muchos.
Otra cosa asombrosa. La cortina del templo, que separaba el lugar santo del lugar santísimo, ¡se partió de arriba para abajo! Ya no había necesidad de la cortina. Jesús, el Cordero de Dios, había ofrecido el sacrificio perfecto. Ya no hay necesidad de los sacrificios que se ofrecían constantemente. Ahora solo tenemos que invocar su nombre para ser salvos.
No hay máquina de tiempo que nos pueda llevar hacia atrás en la historia; pero en el libro más maravilloso podemos leer todas las veces que queramos estos acontecimientos. ¡Léelos como si fuera la primera vez! Descubre este año nuevas maravillas.
Así como María Magdalena, la primera en dar la noticia del Cristo resucitado, puedes proclamar la verdad de que Él vive. Servimos a un Cristo vivo. ¡La tumba está vacía!
Lee en estos pasajes los relatos de esta semana asombrosa:
Mateo 21:1-17; 26 y 27; Marcos 11; 14 al 16; Lucas 19; 22 al 24; Juan 18 y 19.
En la página Semana Santa hay nuevo material.
Ayudas visuales en color, arte de Absalóm-León Sixco,
Multimedia: La entrada triunfal, El Cordero de Dios, La tumba vacía
Actividades, como Las 7 palabras de Jesús en la cruz y Los 7 «Yo soy»
NOVEDAD
EN INGLÉS: James’ Easter Egg
¿Has visto esto videos?
HERMANA MARGARITA MIL GRACIAS SU MATERIAL HA SIDO DE GRAN BENDICION PARA PODER PREDICAR LA PALABRA DE DIOS A MIS ALUMNITOS
QUE DIOS LA BENDIGA Y LA SIGA USANDO PARA LA GLORIA DE DIOS
Dios te bendiga, Diana. Te deseo un bendecido Domingo de Resurrección.