Cánticos de alabanza en el cielo

Cánticos de alabanza en el cielo

Es maravilloso pensar en el cielo. Para los salvados es nuestro hogar eterno. Esperamos con ansias el día en que Jesús venga a llevarnos para que estemos con Él por siempre jamás. El apóstol Juan tuvo visiones del cielo y los acontecimientos del fin, que están registrados en el libro de Apocalipsis.

He recopilado aquí las alabanzas. Para imprimir la información: Cánticos de alabanza en el cielo

Fortalece tu propia vida espiritual con esta lectura y compártela con los niños, sean tus hijos o tus alumnos. Gócense en la gloriosa realidad de que Jesús viene pronto. A los que no tienen esta esperanza, explícales el camino de la salvación.

He aquí los cánticos:

Canto de los cuatro seres vivientes

 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir:

«Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.» Ap 4:8

Adoración de los veinticuatro ancianos

Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:

«Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.» Ap 4:9-11

Un cántico nuevo

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo:

«Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.» Ap 5:8-10

Cántico de millones de millones

Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz:

«El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.» Ap 5:11,12

Toda la creación

Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:

«Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.» Ap 5:13

Los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos

Los cuatro seres vivientes decían: «Amén»; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos. Ap 5:14

El cántico de la multitud vestida de ropas blancas

Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo:

«La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.» Ap 7:9,10

Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Ap 7:14-17

Cántico de los ángeles, los ancianos y los cuatro seres vivientes

Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo:

«Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.» Ap 7:11,12

Una gran multitud

Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía:

«¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.»

Otra vez dijeron: «¡Aleluya!» Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Ap 19:1-3

Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes

Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: «¡Amén! ¡Aleluya!» Ap 19:4

Una voz del trono

Y salió del trono una voz que decía:

«Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.» Ap 19:5

La voz de una gran multitud

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía:

«¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.» Ap 19:6-8

Proclamación de Jesús

«¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.» Ap 22:7

«He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.» Ap 22:12-14

«Ciertamente vengo en breve.» Ap 22:20

«Amén; sí, ven, Señor Jesús.»

 

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Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.