La herencia de bendición

La herencia de bendición

Una madre se paseaba en el parque con sus dos pequeños cuando se encontró con una vecina:
–¡Qué preciosos están sus hijos! –le dijo ésta–. ¿Cuántos años tienen ahora?
–El doctor –replicó la madre–, tiene dos años. Mi preciado abogado, mañana cumple un año.

Esta joven madre había empezado temprano a producir una herencia de bendición.

Cuando Dios hizo un pacto con Abram (Gn 12:2,3) le dijo:

  • haré de ti una nación grande, y te bendeciré
  • engrandeceré tu nombre, y serás bendición
  • bendeciré a los que te bendijeren
  • a los que te maldijeren maldeciré
  • serán benditas en ti todas las familias de la tierra

Esa bendición de Abraham fue también para nosotros, los gentiles:

«Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu» (Gá 3:13,14).

Dios nos ha bendecido para bendecir

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Un mendigo ciego estaba sentado al pie de uno de los grandes edificios de la ciudad. La gente pasaba y lo miraba con lástima, pero nada más. Junto a su lata de conservas vacía, en la que recibía las limosnas, había un letrero que decía:

SOY CIEGO

De pronto pasó por allí una dama elegante. Lo miró con lástima, pero hizo algo. Tomó el letrero y escribió al dorso un nuevo mensaje, que puso junto al mendigo, en lugar del letrero de antes. De pronto comenzaron a caer muchas monedas en la lata y al pie del mendigo.

La dama pasó de nuevo por allí y el mendigo le preguntó lo que había escrito. Ella le contestó: «Escribí lo mismo. Sólo cambié las palabras.»

Esas palabras cambiaron la perspectiva a una bendición. Ahora el letrero leía:

SOY CIEGO 2

He estado esperando con ansias que llegue el mes de mayo para escribir algunas palabras sobre el hogar y la bendición. No me refiero a la bendición de bienes, tampoco a las ventanas de los cielos que se abren cuando traemos el diezmo a la casa del Señor, en que Dios promete bendecirnos hasta que sobreabunde. Lo que quiero tratar en este mes es la bendición que pronunciamos con los labios. La perspectiva de nuestras palabras.

Me gusta desear la bendición de Dios a la gente. ¿Qué hago al desearles bendición? Les deseo que todo lo que Dios tenga planeado para su vida, se cumpla. Bendecir es proclamar la intención de Dios sobre la persona.

Somos bendecidos para bendecir. Necesitamos proclamar esa bendición en el hogar. Al bendecir de corazón emanamos la fragancia de Cristo.

«¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna» (Salmo 133).

La unidad es la fragancia de Cristo. El profundo deseo de mi corazón es que los hogares cristianos emanen esa fragancia. Cuando alguien entre en nuestro hogar debe sentir el aroma de la belleza de nuestro Maestro, que se manifiesta en sus hijos obedientes.

Cuando hay unidad, Dios bendice. La bendición, lo que decimos a las personas, tiene suma importancia. Las palabras se quedan grabadas. Los padres tenemos que hablar cosas positivas para «levantar» el ánimo a nuestros hijos. Ni por nada hay que decirles que son tontos, imbéciles, ignorantes, malcriados (¿quién los ha criado?)… Seamos compasivos y amables. Levantemos el ánimo a las personas.

Tarjetas de bendición

En 2010, para Semana Santa, preparé «bendiciones» para mis sobrinos y sus hijos; muchos de ellos no son creyentes y quería expresarles que oro por ellos. Como vivimos en continentes apartes se los mandé por correo. Hice una tarjeta para cada uno y la firmé con mi nombre.

Cristina y yo hemos preparado tarjetas que puedes usar para bendecir. Si no tienes impresora en casa tal vez puedas usar los servicios de una imprenta. Hay tarjetitas pequeñas que puedes tener en tu billetera o cartera para regalar, aquí y allá, siempre con una sonrisa en los labios y una oración en el corazón. He incluido tarjetas en blanco para que escribas un mensaje personal. Éstas pueden ser tus tarjetas de presentación.

Te reto a que hagas el ejercicio que hice con mis sobrinos. Piensa en las personas a quien quieres bendecir. Para que no te sientas abrumado comienza con diez, y si eso es mucho, escoge cinco. ¡Comienza con los de tu casa! ¿Qué quisieras decirles? Piensa en algo que tiene que ver con su personalidad y su situación. Escríbelo en tarjetas. Más adelante este mes hablaremos de una bendición más amplia y te daré ejemplos de bendiciones bíblicas; pero ahora basta con un par de frases y mucha oración en el corazón.

En la página 2014 Año del Hogar están los archivos para descargar e imprimir tarjetas. Allí también ouedes imprimir este artículo completo.

8 tarjetas de bendicion A sin texto

Éstas son muestras de tarjetas que puedes imprimir y recortar para luego regalar. Hay otras tarjetas en que puedes poner el nombre de la persona y firmar tu nombre.

8 tarjetas de bendicion B

Éstas son muestras de otras tarjetas. Es un medio en que puedes alegrar a alguien. Hay muchas formas de bendecir. Ya hablaremos más a fondo sobre este tema durante todo el mes de mayo.

Aquí he recopilado en formato WORD versículos de toda la Biblia que hablan de la bendición:

Bendiciones en la Biblia

Hemos sido llamados a heredar bendición.

«Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición» (1 Pedro 3:9).

Que Dios nos ayude a tener un estilo de vida que bendiga. Recibimos a medida que damos. Lo que sembramos, cosechamos. Si sembramos bendición, cosecharemos bendición. Si maldecimos, eso cosecharemos.

Acompáñame este mes para ver lo que el Señor nos enseñará acerca de la bendición en el hogar. No importa si seamos hijos, padre, abuelos, tíos… de alguna u otra forma estamos relacionados con el hogar.

Escribo de lo profundo de mi corazón. En las siguientes semanas concretaremos de forma estructurada lo que es la bendición. Haz tu propio estudio. Yo he pasado dos días completos estudiando y escribiendo. Quiero bendecirte y quiero animarte a que bendigas.

¿Quieres recibir bendición? ¡Aprende a bendecir!

 

 

 

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.