¿Qué sucede cuando oramos?

¿Qué sucede cuando oramos?

BOTON DEL HOGAR febreroTema para el Año del Hogar 2014

La oración es tan esencial para el hijo de Dios en su vida espiritual, como es la respiración en lo natural. Sin ella, Dios no se puede mover a favor nuestro, porque la oración es nuestra forma de acercarnos a Él por medio de Cristo.

La iglesia del Señor necesita guerreros de la oración que estén dispuestos a interceder por la salvación de las almas sin Cristo.

«La oración eficaz del justo puede mucho», leemos en Santiago 5:16. ¿Es cierto? ¡Por supuesto! Desde el Génesis al Apocalipsis vemos ejemplos de personas que oraron y recibieron respuesta a sus oraciones.

Personas que oraron
Dios salvó a Noé del diluvio porque era hombre justo. Es imposible ser «justo» sin estar en comunicación con el Todopoderoso. Abraham fue un hombre de fe. Él intercedió por Sodoma y Gomorra y Dios salvó a Lot de perecer juntamente con esas ciudades en extremo malvadas.

Por la oración de Isaac la matriz de Rebeca fue abierta y nacieron los gemelos Esaú y Jacob. En tierra extraña José fue fiel al Dios de sus padres. Es imposible ser fiel sin comunicarse con Dios en oración.

Moisés hablaba con Dios «cara a cara». Dios hizo milagros extraordinarios por medio de este siervo. Lo que Dios le hablaba en los momentos de oración, él lo comunicaba al pueblo de Israel. El mar Rojo se abrió, cayó maná del cielo, de la roca brotó agua, en una plaga levantó la serpiente de bronce y hubo sanidad.

Josué siguió en sus pasos y llevó triunfante al pueblo de Israel a la Tierra Prometida. Cuando el día se hizo corto para ganar la batalla sobre los amorreos, Josué habló con Jehová y declaró: «Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón.» ¡Y el sol se detuvo y la luna se paró! Así Israel ganó la victoria.

La angustiada Ana recibió un hijo como respuesta a su oración. Job fue atormentado, no por su injusticia, sino porque Dios quería mostrarle al diablo la fidelidad de sus siervo. Cuando Job oró por sus amigos, que en lugar de consolarlo añadieron a sus tormentos, Dios restableció a su siervo y le dio el doble de lo que había tenido antes. Sus hijas eran las mujeres más hermosas de la tierra.

En uno tras otro de los salmos tenemos las oraciones de angustia y alabanza del rey David.

Daniel oraba tees veces al dia
El siervo Daniel siguió su costumbre de orar tres veces al día aunque lo más probable era que lo echaría en el foso de leones. Como alguien ha dicho, por su fidelidad, «los leones perdieron el apetito». ¡Dios le concedió pasar una noche reclinado sobre la suave almohada de un león (así me lo imagino)!

La oración eficaz del justo
Josafat ganó la victoria sobre el enemigo con cantos de alabanza. Elías oró, y dejó de llover sobre la tierra; después oró, y nuevamente hubo lluvia.

«Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto» (Santiago 5:17,18).

«La oración eficaz del justo puede mucho» (v.16).
El rey Ezequías cayó enfermo de muerte. Cuando el profeta Isaías le dijo que ordenara su casa, porque iba a morir, Ezequías clamó a Jehová, con gran lloro, y le pidió que le concediera más años de vida. Dios oyó su oración y le dio quince años más. ¡En esta ocasión se hizo el milagro de que la sombra vuelva atrás diez grados!

Por las oraciones de Nehemías Dios le concedió favor con el rey pagano, y reconstruyó los muros de Jerusalén.

Fieles siervos de Dios
Podríamos seguir hablando de los fieles siervos de Dios que a través de los tiempos, mediante oración y por la fe…

  • conquistaron reinos
  • hicieron justicia
  • alcanzaron promesas
  • taparon bocas de leones
  • apagaron fuegos impetuoso
  • evitaron filo de espada
  • sacaron fuerzas de debilidad
  • se hicieron fuertes en batallas
  • pusieron en fuga ejércitos extranjeros
  • recibieron sus muertos mediante resurrección
  • fueron atormentados, sin aceptar el rescate
  • experimentaron vituperios y azotes
  • sufrieron prisiones y cárceles
  • fueron apedreados y aserrados
  • fueron puestos a prueba
  • fueron muertos a filo de espada
  • anduvieron errantes
  • fueron pobres, angustiados y maltratados
  • el mundo no era digno de ellos

Todos éstos, fieles siervos de Dios, abrieron la brecha,  nos dieron ejemplo (Hebreos 11:33-40).

Por sobre todo, nuestro amado Señor y Salvador que «padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que [sigamos] sus pisadas…

  • el cual no hizo pecado; ni se halló engaño en su boca
  • quien cuando le maldecían; no respondía con maldición
  • cuando padecía, no amenazaba,
  • sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:21-24).

Los discípulos oraron y fueron llenos del Espíritu Santo. La iglesia oró y un ángel le abrió las puertas de la cárcel a Pedro. Pablo y Silas oraron y hubo un terremoto que estremeció la cárcel y también el corazón del carcelero, para que haga la pregunta de los siglos: «¿Qué debo hacer para ser salvo?»

Milagros en tu vida
Cuando tú ores, ¿quién sabe qué milagros que sucederán como respuesta a tus oraciones?

Ora con fe por tu familia.
Ora por tus padres, por tus hermanos, por tus abuelos.
Ora por tu conyugue, por tus hijos, por tus nietos.
Ora para que sean campeones en el reino de Dios.

Aunque por el momento todo se vea oscuro; aunque estés en el valle de sombra y de muerte… no vaciles. ¡confía! Jesús ya ganó la victoria.

Ora por tus seres amados inconversos. Clama y llora por ellos porque están yendo rumbo al infierno.

huecos secos en ejercito
Ezequiel vio un campo de huesos secos. Dios le dijo que profetice sobre esos huesos muertos. Ezequiel lo hizo y se levantó un ejército.

Yo tengo más de cincuenta seres amado que son «huesos muertos»; no tienen vida espiritual. En el nombre de Jesús pido que vivan y se levanten como un ejército para llevar la Palabra de Dios a los confines de la tierra.

¡Acompáñame en esa oración! Yo oro por los «míos» y tú oras por los «tuyos». Así formaremos un ejército incontable que luche contra las fuerzas del mal.

  • Abraham oró, y de morir en Sodoma Lot se salvó.
  • Isaac oró, y la matriz estéril de Rebeca Dios abrió.
  • Jacob oró, y de la venganza de Esaú se salvó.
  • Moisés oró, y las aguas del mar Rojo Dios abrió.
  • Josué oró, y en el día más largo de la historia victoria ganó.
  • Ana oró, y el pedido de un hijo Dios le concedió.
  • David oró, y Dios en su misericordia lo perdonó.
  • Josafat oró, y Dios una gran victoria le concedió.
  • Elías oró, y del cielo abundante fuego cayó.
  • Eliseo oró, y el hijo de la sunamita resucitó.
  • Mardoqueo oró, y de morir en la horca se salvó.
  • Nehemías oró, y los muros de Jerusalén reconstruyó.
  • Job oró por sus amigos, y Dios lo restableció.
  • Isaías oró, y al rey Ezequías Dios sanó.
  • Daniel oró, y de leones hambrientos Dios lo protegió.
  • Jonás oró, y Dios del vientre del pez lo sacó.
  • Pedro oró, y a la caritativa Tabita Dios resucitó.
  • La iglesia oró, y de la cárcel un ángel a Pedro sacó.
  • Pablo con Silas oró, y un terremoto Dios mandó.

Jesús dijo que si permanecemos en Él, y si sus palabras permanecen en nosotros, podemos pedir y recibir respuesta…

«Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá» (Mateo 7:7,8).

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Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.