Cubre a tu familia con oración

Cubre a tu familia con oración

Se cuenta de una pareja de cristianos recién casados. Para ambos era el segundo matrimonio, ya que habían quedado viudos. La esposa había recibido «de yapa» tres hijos en edad escolar.

El esposo consideraba que la mujer era de más peso espiritual, por lo cual decidió dejar en sus manos la responsabilidad del bienestar espiritual de la familia. A la esposa no le pareció bien; pero no hizo una gran escena del asunto sino decidió llevarlo delante de Dios en oración.

Para gozar de más tranquilidad decidió levantarse antes que el resto de la familia. Una mañana el esposo se despertó asombrado al verla levantada tan de madrugada.

–¿Por qué te levantas tan temprano? –le preguntó.

–Necesito momentos de tranquilidad para conversar con Dios y escuchar lo que él tiene que decirme –le contestó.

El esposo, un poco avergonzado, percibió que él también necesitaba madrugar para hablar con Dios. Decidieron hacerlo juntos desde el día siguiente.

El esposo puso el despertador quince minutos más temprano que lo acostumbrado, pero después del primer día se dió cuenta que quince minutos no es gran cosa cuando uno quiere estar en comunión con Dios. Al día siguiente lo puso media hora antes que lo acostumbrado, pero ni aun eso le pareció suficiente.

Ahora cada mañana se levantan una hora antes de lo que acostumbraban hacer. Leen la Biblia y oran juntos. Discuten los problemas de la familia y los presentan delante de Dios. Gracias a esta costumbre de orar juntos evitan muchas fricciones y problemas. Los niños crecen con la ayuda y guía de un padre consagrado a Dios. Saben que la religión no es cosa «de mujeres», sino que es algo para toda la familia y van guiados por un padre que ha asumido su responsabilidad como cabeza espiritual del hogar. En familia oran juntos y experimentan grandes bendiciones.

 El poder de la oración

Se ha dicho con mucha razón: «Más cosas se han realizado por medio de la oración que por cualquier otro medio.»

Jesús fue un hombre de oración en todo el sentido de la palabra. Él sabía que el único medio por el cual podía ser investido de poder para su obra aquí en la tierra era mediante la oración.

En los cuatro Evangelios hallamos relatos de la vida de oración del Señor Jesús. A lo menos 25 veces las palabras orar y oración se mencionan con relación a Él. «Se apartó al monte solo…» «Muy de madrugada fue al monte para orar.» «Pasó la noche orando…» son expresiones comunes con respecto a Jesús.

Si Jesús tuvo necesidad de la oración, ¡cuánto más nosotros! Necesitamos de la oración porque es el medio para tener comunión con Dios. No creo que Jesús madrugaba para ir al monte a pedir una serie de cosas de su Padre. Iba al monte para conversar con Él y para escuchar lo que su Padre tenía que decirle.

La intimidad de la oración

Cuenta una madre la experiencia que tuvo un día cuando estaba muy ocupada. Vino uno de sus hijos y la interrumpió en su trabajo. Ella se fastidió; pero trató de no mostrarlo.

–¿Qué quieres, hijo? –le preguntó por fin.

El niño se le acercó y estampó un beso mojado en su mejilla.

–Mamita, sólo quería decirte que te quiero –le dijo el niño.

En la oración podemos expresarle a Dios cuánto lo amamos, y podemos experimentar las corrientes de amor que emanan de su gran corazón. ¿Cuándo expresaste últimamente tu amor al Señor?

Los momentos más felices de mi vida han sido aquellos cuando he podido estar en presencia de mi Dios. Él tiene tanto que comunicarme; yo tengo también cosas que decirle y pedirle.

OremosCubierta de oración

Este mes de febrero queremos enfatizar la oración y la importancia de orar unos por otros. Busca los materiales en la página dedicada al Año del Hogar.

Experimenta la gran bendición de orar por cada miembro de tu familia.

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.