Cómo hablar a los niños acerca de Cristo

Cómo hablar a los niños acerca de Cristo
No es la voluntad de nuestro Padre que se pierda uno de estos pequeños.

No es la voluntad de nuestro Padre que se pierda uno de estos pequeños.

El muchachito de la foto es mi nieto David. Aquí está muy orgulloso porque apenas con cinco años ha armado un rompecabezas de mil piezas. Él es un niño muy inquieto e inteligente con mente de pensador. Hace año y medio yo le hablé a él y a sus hermanitas sobre el Libro sin Palabras y les regalé a cada uno su propio ejemplar. Ellos aprendieron pronto el significado de cada color: amarillo por el cielo que Dios tiene preparado para todos los que le aman; oscuro por las cosas malas que hacemos, por la desobediencia; rojo por el amor de Dios y por Jesucristo que murió por nuestros pecados en la cruz; blanco por el corazón limpio que recibimos al pedir a Jesús que perdone nuestros pecados y limpie nuestro corazón; verde por el crecimiento y la obediencia.

A los pocos días David le explicó a su mamá el significado de los colores, luego fue a su habitación. Al poco rato volvió y dijo que ahora había entregado su corazón a Jesús y que cuando naciera su hermanita (que su mamá estaba esperando) él iba a ir al cielo porque Jesús vivía en su estómago. Una deducción lógica para un niño de cuatro años. Ahora, cerca de sus seis años, salió un día bastante angustiado de la escuela dominical. No sé cómo sus maestros le explicaron las verdades eternas pero estaba muy preocupado porque no quería ir al infierno.

Camino a casa en el auto mi hija le dijo que pidiera al Señor que viniera a vivir en su corazón. David hizo una sencilla oración de entrega, luego dijo que lo iba a hacer cinco veces más para estar seguro de ser salvo, a lo que mi hija le aseguró que bastaba con una vez. Pero el muchachito repitió cinco veces la oración y luego varios días seguidos antes de dormirse volvió a hacer la oración de entrega.

No estoy de acuerdo en que se usen métodos que llenen de temor a los niños. Es preferible hablarles del amor del Señor, y asegurarles que Él está con ellos cada día. Si como maestros «mostramos», más que hablar, si damos ejemplo del amor de Dios en nuestra vida, contagiaremos a los niños con nuestros entusiasmo y más que nada en el mundo querrán conocer a nuestro Salvador. Somos representantes del Señor y lo que ellos ven en nosotros es lo que imitarán.

A una maestra que me hizo la pregunta: «¿Cómo puedo hablar a los niños acerca de Cristo?» quisiera responderle: sobre todo, mediante el ejemplo de una vida consagrada al Señor. El amor que fluye de un corazón sincero, sin engaño ni hipocresía, es el mejor método para ganar a los niños para Cristo.

Me cuenta esta maestra que un niño al escuchar que su corazón estaba negro fue a casa y bebió lejía para limpiarlo. Por tomar la explicación del maestro muy literalmente fue a parar en el hospital. Buena advertencia para cuidarnos en lo que decimos. Al usar el Libro sin Palabras, por ejemplo, no debemos decir que nuestro corazón está negro sino más bien decir que la página oscura nos habla del pecado, de la desobediencia, y así sucesivamente al hablar de cada uno de los colores. Para una explicación de cada página de este libro, vaya a: http://berean.org/bibleteacher/wbesp.html.

A continuación quisiera darle algunas sencillas pautas de cómo guiar a un niño a Cristo. Sabemos que «no es la voluntad de [nuestro] Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños» (Mateo 18:14). Yo comenzaría explicando al niño el significado de ser cristiano, un seguidor de Cristo.

1. ¿Qué significa ser cristiano?

El rey Agripa dijo a Pablo, después que éste hubiera presentado su defensa: «Por poco me persuades a ser cristiano» (Hechos 26:28). Entregar nuestra vida a Cristo, recibir la salvación que Él ofrece, significa hacerse cristiano. Lo más hermoso que un maestro de la Palabra de Dios puede hacer es persuadir a cada uno de sus alumnos a «hacerse cristiano».

Ser cristiano significa ser seguidor de Jesucristo, un hijo de Dios. Como cristianos ponemos a Dios primero en nuestra vida; creemos en Jesús y confiamos en Él. Dependemos totalmente de Cristo. Amamos a Dios de todo corazón y queremos obedecerlo en todo.

2. ¿Qué se necesita saber para llegar a ser cristiano?

Hay que explicar al niño que nadie es cristiano porque sus padres lo son, porque asiste a la escuela dominical, porque trata de ser bueno y portarse bien, o porque dice sus oraciones antes de dormir.

El niño necesita saber que está perdido. Aquí se podría hablar de la oveja que se perdió y del pastor que la buscó hasta encontrarla. «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas» (Isaías 53:6). Descarriarse significa apartarse, extraviarse, alejarse, perderse. Todos estamos perdidos sin Cristo.

Nadie es suficientemente bueno para llegar al cielo por su cuenta. Una ovejita perdida no puede encontrar sola el camino de regreso al pastor. «…todos pecaron» (Romanos 3:23).

3. ¿Cuál es el camino de la salvación?

La salvación es gratuita, un regalo de Dios. Jesús murió en la cruz en lugar nuestro. Él murió, pero volvió a vivir. Sólo en Jesús podemos recibir perdón de nuestros pecados. «Por gracia sois salvos por medio de la fe… es don de Dios» (Efesios 2:8).

Una manera sencilla de explicar el camino de salvación es mediante el uso de lo que se conoce como El evangelio en la mano. Cada dedo representa un paso:

• HE PECADO (Ro 3.23) –pulgar
• DIOS ME AMA (Jn 3:16) –índice
• CRISTO MURIÓ POR MÍ (Ro 5:8) –medio
• RECIBO A CRISTO (Jn 1:12) –anular
• SOY SALVO (Ro 10:9-10)–meñique

Estudie los siguientes pasajes bíblicos para profundizar en detalles acerca del niño y la salvación:

•  El niño puede recibir a Cristo y el regalo de la salvación confiando en Jesús como su Salvador personal (Juan 1:12; 3:16). Esto significa que pide perdón a Jesús por sus pecados y lo hace Señor (Dueño) de su vida.

•  El niño puede tener la seguridad de que es salvo (Juan 3:36; 10:27-28; Romanos 8:16). Lo más maravilloso es tener esta seguridad y, para fortalecer la fe del niño, usted como maestro puede testificar de su propia experiencia.

•  El niño tiene que confesar su fe en Cristo (Romanos 10:9-10; Mateo 10:32). En primer lugar, a usted como su maestro, a sus compañeros de clase, a su pastor, a sus padres, y a sus amigos. «Confesar» sencillamente significa contar a otros que ahora cree en Jesucristo.

•  El niño necesita saber lo que Dios espera de él. Usted puede guiarlo a conocer la voluntad de Dios para su vida (Romanos 12:1-2; 1 Corintios 6:19-20). Aun los más pequeños pueden comprender que Dios quiere que seamos obedientes, respetuosos, amables. Testificar con nuestra vida significa que nos portamos como hijos de Dios para que otros al ver el amor que manifestamos también quieran seguir a Cristo. Dios espera que seamos sus representantes en el hogar, en la escuela, en el vecindario… ¡en todo lugar!

•  El niño debe saber que el Espíritu Santo mora en él, que lo ayudará a saber lo que es bueno y lo que Dios espera que haga (Juan 14:26). Cuando Jesús volvió al cielo donde su Padre nos mandó un Ayudador, el Espíritu Santo. Él nos ayuda a comprender lo que dice la Biblia y también nos ayuda a orar. Con su ayuda podemos ser obedientes a Dios.

•  El niño necesita saber que constantemente precisa el perdón de Dios. Hágale notar que como hijo de Dios no puede vivir para agradarse a sí mismo sino que debe complacer a su Padre celestial. Si hace lo que desagrada a Dios (seguramente lo hará muchas veces), Jesús está dispuesto a perdonarlo (1 Juan 1:7-9; 2:1-2; Proverbios 3:5-6).

4. ¿Qué método debemos usar?

Al hacer una invitación para que el niño acepte a Cristo, evite estos métodos: (a) ponerse de pie, (b) levantar la mano, o (c) inclinar la cabeza. Los niños son mucho más sensibles a la presión emocional que los adultos. Si es posible, hay que hablar personalmente con ellos, después de la clase. Yo suelo invitar a los niños a pasar al frente del salón a arrodillarse. Mientras oro por ellos y les doy consejo, pido a los demás que guarden reverencia.

Siga estos pasos al guiar a un niño que manifiesta el deseo de entregar su vida a Cristo:
1. Ayúdelo a reconocer que es pecador, que se ha portado mal.
2. Sugiérale las palabras que debe decir para pedir perdón a Dios.
3. Ore en alta voz, dando gracias a Dios por otorgar salvación al niño.
4. Anime al niño a expresar su agradecimiento a Dios por la salvación.
5. Explíquele que es nueva criatura, es decir, un bebé en la fe.
6. Enséñele cómo puede crecer y desarrollar en su vida cristiana.
7. Felicite al niño por la decisión que ha tomado.
8. Anímelo a que cuente a otros acerca de su experiencia con Jesucristo.

¡Qué alegría es guiar a un niño a Cristo! Pero ese es sólo el primer paso. Así como a un bebé recién nacido hay que atenderlo esmeradamente para que no muera de hambre o por el descuido de sus padres, a los nuevos «bebés en Cristo» hay que guiarlos con mucho amor por el sender de la nueva vida que han iniciado. He aquí algunas pautas iniciales, las que trataremos en un próximo artículo:

Enseñe a los niños creyentes la importancia de…
• TESTIFICAR de su fe en Jesucristo (Hechos 1:8)
• OBEDECER a sus padres (Colosenses 3:20)
• LEER la Biblia todos los días (2 Timoteo 2:15)
• ORAR (1 Timoteo 2:1-5)
• AGRADAR a Dios con su vida (1 Timoteo 4:12)
• ESPERAR el regreso de Jesucristo (Santiago 5:7-8)

Como ya mencioné, la lección más poderosa es el ejemplo de una vida santa. Al explicar el camino de la salvación usemos palabras sencillas. Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a comunicar, ungidos con su poder, el mensaje más importante del mundo, el mensaje de Jesucristo nuestro Salvador.

Maestros: compartan sus experiencias. ¿Cómo hacen ustedes para guiar un niño a Cristo? Publicaremos ideas y fotos. La dirección es: kelund@kelund.com

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.