La influencia de una madre

La influencia de una madre

El siguiente artículo ha sido tomado del conjunto de materiales que ofrezco aquí para organizar una celebración para el Día de las Madres.

Abre la página a la derecha, Día de las Madres, y allí encontrarás ayudas. Hay también sugerencias para hacer tarjetas.

La mayor alegría de mi vida es ser madre y abuela. Tengo dos hijas. Eva-Marie que me está esperando
en el cielo, y Carina que está conmigo en la foto.

“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.” 
Proverbios 31:10-31

La mujer madre es la que más influencia ejerce en el mundo. Dios le ha dado el bendito privilegio de moldear el corazón de sus hijos, educar su carácter, y guiar su vida.

El gran poeta francés Lamartine tuvo una madre de profundo espíritu religioso, que se preocupaba mucho por el porvenir de sus hijos. Gracias a ella Lamartine llegó a ser un hombre religioso, de gran ternura; un hombre eminente tanto por su carácter como por su brillante inteligencia.

Al contrario, el poeta inglés Lord Byron tuvo una madre frívola, de poco espíritu religioso, que se burlaba de todo, hasta de la cojera de su hijo. Por mala influencia de su madre este poeta fue un hombre incrédulo y burlón; de brillante inteligencia pero de un carácter brusco y de corazón empedernido.

¡Cuán importante es la influencia de una madre sobre sus hijos! Una madre puede hacer de sus hijos hombres y mujeres nobles, dignos y grandes, u hombres bajos e indignos.

Proverbios 14:1
“La mujer sabia edifica su casa;
 mas la necia con sus manos la derriba.”

En la Biblia tenemos ejemplo de dos mujeres que estuvieron en situación semejante; pero que influyeron en forma muy diferente sobre la vida de sus hijos. Me refiero a Rebeca y Ana. Ambas era estériles, y las dos recibieron hijos como respuesta a la oración (Génesis 25:21; 1 Samuel 1:9,10).

Ana: fiel a la promesa que había dado a Dios dedicó a su hijo al servicio del Señor todos los días de su vida. Cuando aún era pequeño lo llevó al templo, donde el niño vivió con el sacerdote Elí. Cada año su madre lo visitaba y le traía ropa nueva (1 Samuel 2:18-21). Dios bendijo a Ana, y honró su fe y obediencia dándole otros tres hijos y dos hijos.

Gracias a una madre fiel, Samuel llegó a ser un gran siervo de Dios, uno de los más grandes profetas de Israel.

Rebeca: esta mujer indujo a su hijo al engaño y a la mentira (Génesis 27:6-17). Ella no solo dio la idea a Jacob de cómo engañar a su padre sino que lo ayudó a realizar el engaño. Pero no obtuvo mucho gozo de su engaño, pues causó una gran enemistad entre sus hijos, y Jacob tuvo que escapar para salvar su vida.

Parece que Jacob nunca más volvió a ver a su madre. Así como él engañó, también fue engañado. Quizá alguna vez pensó que si no fuera por su madre, su vida sería diferente.

Estas dos historias ilustran claramente la influencia que puede tener una madre sobre sus hijos. Sin duda ambas deseaban sólo bien para sus hijos; pero canalizaron sus deseos de manera diferente. Ana entregó a su hijo al servicio de Dios y Rebeca llevó a su hijo por el camino del engaño.

¿Cómo influyes tú en la vida de tus hijos?

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Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.