Dios recoge sus flores

Dios recoge sus flores

Hoy, 28 de julio, se celebra en Perú la Independencia. No sé si todavía siguen celebrando también el 29, pero cuando yo vivía en Perú ambos días eran los días de las Fiestas Patrias. Aquí en casa siempre celebrábamos ese día con un plato de “lomo saltado”, lo más típico del Perú que yo sé cocinar. Supongo que eso es lo que cocinaré esta tarde para mí y Soledad.

En honor a este día y en memoria de mi amiga, hermana en Cristo, y “tía” (por el casamiento de mi padre con su hermana María Débora), quiero dejar escritos algunos recuerdos que tengo de Edita Torres de Bartra. El día 20 de julio Dios tuvo a bien recoger una de sus flores para adornar el cielo. Fue mi amigo Paco que tuvo ese pensamiento al escribir acerca de fallecimiento de Edita.

La vida está llena de interrogantes y éste es uno de ellos. ¿Por qué Dios permitió la muerte prematura (mi opinión) de esta fiel sierva? Es mejor no especular ni poner en duda la sabiduría y la omnisciencia del Todopoderoso. Alguien dijo que nosotros miramos el paisaje de la vida por un “huequito en el portón” pero Dios lo ve todo. Si pudiéramos subirnos por el muro y divisar a la distancia quedaríamos asombrados de la belleza. Por eso digo que es mejor no preguntar sino aceptar la realidad y pedir la fortaleza y el consuelo necesario para seguir adelante. Oremos en especial por la familia en luto.

Conocí a Edita en 1982 cuando fue una de mis alumnas en el Instituto Bíblico Betel. Su hermana Hilda trabajaba conmigo en todos los detalles de la obra de literatura que teníamos. Edita cursaba el último año. Ella y sus compañeros de estudio escogieron para su promoción el nombre “Doulus”, que significa siervo, algo que llegó a ser característico de Edita. Ella fue sierva del Señor, siempre preocupada por bendecir a los más pequeños en la gran grey de nuestro Dios.

Desde esa época poco se cruzaron nuestros caminos puesto que mi familia y yo fuimos a trabajar en Bolivia y luego en los Estados Unidos. En 1999 Edita organizó en Huancayo, juntamente con otros siervos del Señor, una capacitación para maestros de escuela dominical en que yo fui la ponente invitada. Después no volví a ver a Edita hasta 2007 cuando me recibió en su hogar en Lima, juntamente con su amable esposo Luis y su bella hija Milene. Este año en febrero tuve otra vez una calurosa acogida en su hogar. En ambas ocasiones iba para Huancayo en misión de capacitar maestros.

Desde sus días en el instituto bíblico Edita trabajó con mis padres en la provisión para niños menos afortunados, más que nada con comedores infantiles. No sólo se daba alimento físico a los niños sino también el alimento espiritual de la Palabra de Dios. Y Edita tuvo siempre enseñanza para las madres. La pasada Navidad, gracias a la ayuda económica de mi iglesia y algunos otros amigos, por intermedio de Edita pudimos regalar una Biblia a más de cien madres de los niños que reciben alimento en los comedores de Chilca y San Martín.

Edita, de la promoción Doulus, era una persona muy servicial. Su hermana Mary me dice que ella siempre estaba pensando en los demás. Una vez hasta se sacó sus zapatos y los regaló a una señora que no tenía.

Después de la muerte de mi madre, mi papá, el misionero Pedro Anderas, pasaba épocas en Perú siguiendo su labor misionera. Como hija mayor yo sentía responsabilidad por él pero debido a las distancias no podía atenderlo. Los meses que él pasaba en Perú me sentía tranquila y contenta porque sabía que Edita lo atendía como a un padre. Y en casa de los Bartra había siempre un cuarto reservado para él, algo que a mi padre lo hacía sentir muy apreciado.

Dios ha recogido una más de sus flores para adornar el cielo. Aquí quedamos todavía tú y yo, en el jardín de este mundo, para florecer con la fragancia de Cristo. Somos los “doulus” que Dios necesita para seguir haciendo su obra aquí en la tierra. Cumplamos fielmente cada uno el ministerio que nos ha dado. Edita ya recibió su bienvenida y su recompensa. Vendrá el día cuando a nosotros nos toque ir a la presencia del Señor. Es mi oración que cada uno que lee estas líneas un día oiga de labios del Maestro: “Bien, buen siervo, y fiel, entra en el gozo de tu Señor.”

EN MEMORIA DE EDITA TORRES DE BARTRA

La familia Bartra que con mucho amor me recibió en su hogar

La familia Bartra que con mucho amor me recibió en su hogar

 

 

Uno de los platos suculentos que Edita preparaba

Uno de los platos suculentos que Edita preparaba

Edita y sus hermanas disfrutando un día de campo

Edita y sus hermanas disfrutando un día de campo

En la boda de Mary, Hilda y Edita sonrientes con su hermana menor

En la boda de Mary, Hilda y Edita sonrientes con su hermana menor

Doulus: Si no vives para servir no sirves para vivir

Doulus: Si no vives para servir no sirves para vivir

Graduación de Doulus en Casa de Oración, Huancayo

Graduación de Doulus en Casa de Oración, Huancayo

Uno de los tantos comedores infantiles supervisados por Edita

Uno de los tantos comedores infantiles supervisados por Edita

Edita acostumbraba celebrar cada mes los cumpleaños de los niños

Edita acostumbraba celebrar cada mes los cumpleaños de los niños

Edita con algunas de las madres ocupadas en preparar el almuerzo

Edita con algunas de las madres ocupadas en preparar el almuerzo

About the Author

Redactora de materiales pedagógicos con la gran pasión de difundir el amor de Dios y su poder salvador.